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Pan de la Palabra


24 Junio 2025

  • Solemnidad – Oficio de la Solemnidad
  • Blanco
  • NACIMIENTO DE SAN JUAN BAUTISTA

PRIMERA LECTURA

De la profecía de Jeremías 1, 4-10

En tiempo del rey Josías, el Señor me dirigió la palabra y me dijo: “Antes que te formara en el seno materno, me fijé en ti, antes que nacieras, te consagré a mi servicio y te hice profeta para las naciones”. Yo respondí: “¡Ay, Señor! Soy demasiado joven y no sé hablar”. El Señor me contestó: “No digas que eres demasiado joven. Tú irás a donde yo te envíe, y dirás lo que te ordene. No les tengas miedo, que estoy contigo para librarte”. –Son palabras del Señor–. Entonces extendió la mano y me tocó los labios, y añadió: “Mira: yo pongo mis palabras en tu boca. Hoy te doy autoridad sobre naciones y reinos, para arrancar y derribar, para destruir y demoler, para edificar y plantar”. 

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL
Salmo 70
R. En el seno materno tú me sostenías.

• A ti, Señor, me acojo: no quede yo derrotado para siempre; tú que eres justo líbrame y ponme a salvo, inclina a mí tu oído y sálvame. R/.


• Sé tú mi roca de refugio, el alcázar donde me salve, porque mi peña y mi alcázar eres tú. Dios mío, líbrame de la mano perversa. R/.

• Porque tú, Dios mío, fuiste mi esperanza y mi confianza, Señor, desde mi juventud. En el vientre materno ya me apoyaba en ti, en el seno tú me sostenías. R/.

 

 

SEGUNDAA LECTURA

De la Primera carta del apóstol san Pedro 1, 8-12

Queridos hermanos: Ustedes aman a Jesucristo sin haberlo visto, y creyendo en Él, sin verlo todavía, se alegran ya con el gozo indecible de la gloria, seguros de alcanzar el término de esa fe: su salvación. La salvación de ustedes era la que ocupaba a los profetas y lo que trataban de conocer, cuando anunciaron lo que Dios en su bondad les tenía destinado. Como el Espíritu de Cristo que actuaba en ellos predijo la pasión de Cristo y la gloria que de ahí se seguiría, ellos trataban de averiguar el momento y las circunstancias a que el Espíritu se refería. Pero Dios les reveló que aquello no era para su tiempo sino para el de ustedes. Es eso lo que les han dicho ahora quienes les predican el Evangelio con el poder del Espíritu Santo enviado desde el cielo. Y es algo que los mismos ángeles ansían contemplar.

Palabra de Dios.

 

EVANGELIO

Del santo Evangelio según san Lucas 1, 5-17

En tiempo de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote llamado Zacarías, del turno sacerdotal de Abías, que estaba casado con una mujer descendiente de Aarón, llamada Isabel. Ambos eran justos a los ojos de Dios y llevaban una vida intachable según todos los preceptos y mandatos del Señor. Pero no tenían hijos porque Isabel era estéril y ya eran ambos de edad avanzada. Una vez que oficiaban en la presencia de Dios los sacerdotes de su turno, según el uso que tenían para el servicio del templo le tocó a Zacarías entrar al santuario del Señor a ofrecer el incienso. A esa hora, toda la multitud se encontraba orando fuera.

Entonces se le apareció un ángel del Señor, a la derecha del altar del incienso. Zacarías se sorprendió al verlo y se llenó de temor. Pero el ángel le dijo: “No temas, Zacarías, que tu oración fue escuchada. Isabel, tu mujer, te dará un hijo, al que debes ponerle el nombre de Juan. Él te ha de traer gran gozo y alegría, y muchos se alegrarán con su nacimiento, porque será grande a los ojos del Señor. No beberá vino ni bebida embriagante y se llenará del Espíritu Santo ya desde el seno materno. Hará que muchos israelitas vuelvan al Señor su Dios. E irá delante de Él con el espíritu y el poder de Elías, para reconciliar a los padres con los hijos, y para hacer volver a los rebeldes a la sensatez de los justos preparando para el Señor un pueblo bien dispuesto”.

Palabra del Señor.

 

 

LECTIO DIVINA

PARA MEDITAR

 

La espera paciente y hasta desconcertante de la pareja Zacarías e Isabel, su no resignarse a morir sin hijos a pesar de la esterilidad de ella y la ancianidad de ambos, nos muestra que cuando se trata de la oración, es necesario dar la palabra solo y únicamente al Espíritu Santo, es abandonarnos por la fe a su acción, es resistirnos a la tentación de anularla o corregirla con nuestras urgencias. La manera excelente de no vivir insatisfechos por la escucha de la oración, es actuar de manera que ella, por la actuación del Espíritu, sea escuchada oportunamente.

 

Nuestra oración debe establecer una relación de amor única con el Dios a quien nos dirigimos, porque en ella cada uno estamos insertos en un tejido comunitario, sintiéndonos solidarios con los otros, corresponsables de la vida, del presente y del futuro de los demás. Somos hijos de Dios, pero también hermanos de todos. Esto da a nuestra oración una dimensión sorprendente de originalidad y de participación que no quedará sin respuesta. La oración personal y la comunitaria se complementan, se necesitan mutuamente, una refuerza a la otra, una provoca a la otra y, finalmente, es escuchada nuestra petición.

 

PARA REFLEXIONAR

 

¿Qué tan paciente es nuestra espera cuando se trata de dar tiempo a que Dios actúe en nuestra propia vida y en la de la comunidad?

¿Cómo respondemos a lo que consideramos retrasos de Dios, que tan solo lo son respecto a nuestros impacientes planes, pero no respecto a los suyos?

 

ORACIÓN FINAL

 

Padre, unifica nuestro corazón con la gracia de tu Espíritu Santo, para que aprendamos que la oración y la espera tienen su recompensa a su debido tiempo, y sorprendernos de cómo Zacarías escucha que su mujer, Isabel, le engendrará un hijo, al que llamará con el nombre Juan. Amén.

 


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