Evangelio según san Juan 5, 1-3.5-16
Un policía de tráfico se dirigió a un conductor y le dijo: “¿Qué le sucede amigo? ¿No vio usted la luz roja del semáforo?”. “¡Oh, sí!”, le contestó el conductor. “Yo vi la luz roja del semáforo, pero a quien no vi fue a usted”. Que con la solidaridad con el prójimo no nos pase igual, no esperemos a que la luz esté en rojo, es decir, no esperemos a que alguien nos pida que seamos generosos y solidarios con el prójimo. Si vemos a alguien sufrir o con una necesidad, corramos a ayudarlo. Jesús nos pide que abramos nuestro corazón a las necesidades de los demás.