Evangelio del día: Mateo 18, 21-35
Luis salió corriendo cuando tocaron la campana para recreo pero alguien había dejado su maleta en el piso del salón, y Luis se tropezó y cayó. Los niños se rieron. Luis se puso furioso porque se reían y porque, además, se había golpeado. Así que se propuso vengarse de los que se habían reído. Entonces, planeó llevar unas ranitas para meter en las maletas de sus compañeros, para que cuando las abrieran saltaran y los niños se asustaran y él se burlaría. Además los regañarían por el desorden que se iba a formar. Sin embargo, el corazón de Luis era bueno y se arrepintió de tomar venganza. Es lo que nos pide Jesús: perdonemos siempre. Nuestro corazón quedará en paz.