Evangelio del día: Marcos 2, 18-22
“La ley es dura, pero es la ley”, dice un adagio romano, queriendo decir que a veces nos parece difícil cumplir la ley pero hay que hacerlo. Jesús cumplía la ley como buen ciudadano, sin embargo, cuando esta no defendía la dignidad humana, Él la cuestionaba. Por ejemplo, los fariseos tenían determinado que era obligatorio ayunar y se quejaban porque los discípulos no lo hacían. Estos señores no entendían que era mejor hacer un ayuno espiritual: privarse de malas conductas como beber, hablar mal del otro, etc, que ayunar solo por cumplir una ley. Jesús nos invita a poner el amor a Dios y al prójimo por encima de todo.