14 Enero 2020
Evangelio del día: Marcos 1, 21b-28
Cuando un maestro o maestra grita mucho a sus alumnos, los regaña por todo y los castiga por pequeñeces, sus alumnos le tienen miedo, pero no respeto. En cambio, cuando un profesor o profesora es amable con sus alumnos, les explica la lección, hace agradable su clase y les llama la atención con respeto, se gana el respeto y el cariño de sus alumnos, estos le obedecen porque reconocen su autoridad. Así era Jesús. Él, que era el gran Maestro, hablaba con autoridad y hasta los malos espíritus le obedecían por su ejemplo de vida intachable y sus sabias palabras, que siempre predicaban amor y justicia.
