Obispos colombianos exhortan al pueblo “a responder con generosidad y sabiduría” frente a los migrantes y recuerdan la importancia de poner en marcha los 4 verbos expresados por el Papa: “acoger, proteger, promover e integrar”.
Ciudad del Vaticano
Colombia está en plena celebración de la Semana del Migrante y el Refugiado, que comenzó el pasado 23 de septiembre y concluirá el próximo domingo 29. Una conmemoración que los obispos del país han aprovechado para reiterar su llamado al pueblo colombiano para que “respondan con generosidad y sabiduría ante esta situación que viven muchas personas”. La Semana Nacional del Migrante se celebra en Colombia desde hace más de 30 años, y el objetivo principal es el de visibilizar las realidades que viven y deben afrontar las personas que se encuentran en situaciones vulnerables en la movilidad humana, siendo los principales temas: el refugio, el desplazamiento forzado, las víctimas de trata y los colombianos en el extranjero.
Los obispos recuerdan el Mensaje del Papa para la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado 2019 Los obispos del país, además, retoman los cuatro verbos expuestos por el Papa Francisco en torno a la realidad que viven miles de migrantes y refugiados en el mundo y recuerdan que deben ser puestos en marcha por todos, pues el cristiano tiene el compromiso de “acogerlos, protegerlos, promoverlos e integrarlos”. También recuerdan las palabras del Santo Padre en su mensaje para la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado de este año, cuando afirmó que “la presencia de los migrantes y de los refugiados, como en general de las personas vulnerables, representa hoy en día una invitación a recuperar algunas dimensiones esenciales de nuestra existencia cristiana y de nuestra humanidad, que corren el riesgo de adormecerse con un estilo de vida lleno de comodidades”. Por último, hacen suyas las palabras del Papa cuando dijo que: “no se trata sólo de migrantes, significa que al mostrar interés por ellos nos interesamos también por nosotros, por todos; que, cuidando de ellos, todos crecemos; que, escuchándolos, también damos voz a esa parte de nosotros que quizás mantenemos escondida porque hoy no está bien vista”.
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