A las 6:45 a.m. del 31 de diciembre de 2017, domingo en que la Iglesia contemplaba el misterio de la Sagrada Familia de Nazaret, en la Clínica VITALEM IPS de Bogotá, entregó su alma a Dios para el premio eterno nuestro hermano sacerdote padre Jorge Alberto Melo Becerra.
El sábado 3 de febrero de 2018 en la ciudad de Duitama (Boyacá), se realizará una misa por su primer mes de fallecido. La Comunidad de la Sociedad de San Pablo de la 170, los integrantes del Teologado Renato Perino y los padres de la Casa Provincial asistirán a esta ceremonia.
“ERA AGRADABLE A DIOS,…
Y DIOS SE LO LLEVÓ” (Sb 4, 10)
Las palabras inspiradas del autor sagrado en el libro de la Sabiduría, nos permiten encontrar, desde la fe, razones para la esperanza y el consuelo en medio del dolor que ha causado a nuestra Provincia Colombia-Ecuador-Panamá de la Sociedad de San Pablo, y a la Familia MELO BECERRA, la muerte de nuestro querido hermano JORGE ALBERTO. En efecto, cuando se interpreta el misterio de la muerte sólo desde la perspectiva humana, seguramente se verá como el más grande fracaso y el final de todo proyecto humano; sin embargo, nuestra fe cristiana viene en nuestra ayuda y nos permite, no sólo asumirla con serenidad y fortaleza, sino incluso encontrarle un sentido, desde la trascendencia e inmortalidad a la cual nos llama el Señor en nuestra consagración bautismal: “Las almas de los justos están en las manos de Dios y ningún tormento los alcanzará. A los ojos de los necios parecía que habían muerto y su partida fue considerada como una desgracia; pero ellos están en paz” (Sb 3, 1-3). El Padre Jorge Alberto, en su paso por este mundo y por nuestras vidas, dejó indelebles huellas de bondad; su ánimo sereno y dulce, su espíritu jovial y pacífico, sus cualidades humanas y espirituales, sus dotes de artista y de comunicador del Evangelio, produjeron vida y alegría en las personas que encontró a lo largo de su existencia. Las comunidades paulinas que lo tuvieron como hermano o como superior local, recibieron la bendición de su paz interior que fomentaba unión y armonía en la fraternidad. Por eso, al recordarlo con este sencillo homenaje, elevamos ante todo una sentida acción de gracias a Dios por las abundantes semillas de bondad sembradas por el Padre Jorgito en todos nosotros.
Los mensajes y saludos de solidaridad que hemos recibido en esta circunstancia, dan testimonio de lo significativo y fecundo que ha sido su ministerio sacerdotal para tantos Paulinos en el mundo, para Hermanas de las Congregaciones de la Familia Paulina, para religiosas de otras comunidades donde el Padre Jorgito prestó servicios de capellanía y animación espiritual, para muchos exalumnos paulinos que lo recuerdan con cariño y gratitud, y en general para todas las personas que tuvieron la gracia de encontrarlo y gozar de su amistad o de su solicitud pastoral.
Padre Danilo Medina, ssp
Superior Provincial Sociedad de San Pablo
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