El Papa Francisco invitó a imitar la sonrisa de la Madre Teresa para donarla “a cuantos encontremos en nuestro camino, especialmente a los que sufren”.
Así lo sugirió el Papa este 5 de septiembre, día en que la Iglesia recuerda cada año la Memoria Litúrgica de Santa Teresa de Calcuta.
A través de un mensaje enviado por su cuenta oficial de Twitter @Pontifex_Es, el Papa Francisco recordó la frase de la Madre Teresa “tal vez no hablo su idioma, pero puedo sonreír” por lo que exhortó a imitar su alegría.
“Llevemos en el corazón su sonrisa y donémosla a cuantos encontremos en nuestro camino, especialmente a los que sufren. Abriremos así horizontes de alegría y esperanza”, escribió el Papa.
La Iglesia celebra cada 5 de septiembre la fiesta de Santa Teresa de Calcuta porque falleció el 5 de septiembre de 1997 en Calcuta (India) a los 87 años.
Fue beatificada por San Juan Pablo II el 19 de octubre del 2003 y canonizada por el Papa Francisco el 4 de septiembre del 2016 en la Plaza de San Pedro del Vaticano.
La Madre Teresa nació el 26 de agosto de 1910 en Skopje, en ese entonces parte de Albania y hoy territorio de Macedonia.
Su nombre fue Gonxha Agnes Bojaxhiu, pero adoptó el de Teresa al ingresar al Instituto de la Bienaventurada Virgen María.
Fue bautizada un día después de nacer, recibió la Primera Comunión a los 5 años, y la Confirmación un año después.
Ingresó a la Congregación de las Hermanas de Loreto en 1928; al año siguiente llegó a la India, e hizo sus primeros votos en 1937.
Permaneció 20 años en dicha congregación, hasta que Dios le mostraría otros caminos. Así, el 7 de octubre de 1950 fundó a las Misioneras de la Caridad, congregación con el carisma: “entregarse a los más pobres entre los pobres”.
En 1963 fundó la rama masculina de la congregación, Hermanos Misioneros de la Caridad; en 1973 a las Hermanas Contemplativas, en 1979 a los Hermanos Contemplativos. En 1984 fundó a los Padres Misioneros de la Caridad y el movimiento Corpus Christi para sacerdotes.
En 1979, la Madre Teresa recibió el Premio Nobel de la Paz por su labor acercando a los pueblos. Ella, católica en un país de mayoría hindú y musulmana como la India, había logrado hermanar a todos en una causa común: defender al ser humano.
Durante los últimos años de su vida, a pesar de los cada vez más graves problemas de salud, Madre Teresa continuó dirigiendo su Instituto y respondiendo a las necesidades de los pobres y de la Iglesia.
En 1997 las Hermanas de Madre Teresa contaban casi con 4.000 miembros y se habían establecido en 610 fundaciones en 123 países del mundo.
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