Monseñor Pavlo Honcharuk reflexiona sobre las palabras de Francisco en el Ángelus del 13 de octubre y lanza un llamamiento de cara al invierno, porque los rusos «están bombardeando las infraestructuras» para que «las calderas no funcionen, para que la gente, los ancianos, los niños, los jóvenes, los bebés, simplemente desaparezcan».
Svitlana Dukhovych y Taras Kotsur
El agradecimiento al Papa es «de corazón», por sus oraciones por Ucrania, por su preocupación y por sus llamamientos a la paz. El obispo de Kharkiv-Zaporizhzhia de los Latinos, monseñor Pavlo Honcharuk retoma las palabras de Francisco pronunciadas en los saludos tras el Ángelus del domingo 13 de octubre, cuando el Pontífice había dirigido sus oraciones a la comunidad internacional, para que los ucranianos no se queden «muertos de frío», y para que se ponga fin a «los ataques aéreos contra la población civil, que es siempre la más afectada», porque «ya está bien de matar inocentes».
El obispo se hace eco de las reivindicaciones de todo el pueblo, del deseo de vivir y vivir en paz, de «vivir como personas libres en nuestro territorio, en nuestra tierra», con respeto a la justicia, la verdad, la libertad, la vida y la dignidad humana, hacia otros pueblos y otras culturas.
Desplazados en Kharkiv
En Ucrania, la gente vive aterrorizada por Rusia, prosigue el obispo, «están bombardeando las infraestructuras, haciendo todo lo posible para apagar las luces, para que las calderas no funcionen, para que la gente, los ancianos, los niños, los jóvenes, los bebés, simplemente desaparezcan». Honcharuk describe la situación en Kharkiv, que está acogiendo a desplazados llegados de lugares limítrofes con la línea del frente, donde «hay intensos combates».
«Una parte de estos desplazados», explica, «se queda en Kharkiv, otros se van a otras regiones del país. Sobre todo, las personas mayores están pensando adónde ir, así como las que tienen hijos. Si no tienen sitio, se quedan en la ciudad», con la administración municipal haciendo lo que puede, organizando transporte urbano gratuito y proporcionando alojamiento, y con diversas organizaciones «intentando ayudar, pero hay muy poca ayuda. Es un gran problema porque la gente ha perdido todo lo que tenía y ahora vive en dormitorios».
Miedo al invierno
El invierno está a la vuelta de la esquina y hay muchos miedos; la gente se está preparando para él con el corte del suministro eléctrico durante unas horas cada día, la urgencia es para cuando empiece el frío, y la gente quiera encender las calefacciones, entonces es cuando «podría haber problemas, y si los rusos atacan de nuevo y destruyen algo, como hacen sistemáticamente, podría ser aún peor».
La ciudad, es la amarga consideración, «se está preparando», a sabiendas de que «será muy difícil» y de que «habrá otros ataques», por lo que todo el mundo está a la espera, tenso, «pero sin pánico y sin desesperación». El pensamiento y el agradecimiento van, por tanto, al Papa, concluye el obispo, pero también a todos los que apoyan «la verdad, la justicia, la honestidad, la decencia, el amor, la responsabilidad», a los que se pide oraciones, con la plena convicción de que «el Señor mostrará su victoria».
Tomado de (Vaticannews)
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