Irán, pésame del Papa por la muerte del presidente Raisi
El Papa Francisco recibió en audiencia a la delegación de Tailandia y reiteró que en este tiempo tan herido por las guerras y la violencia sólo podemos salvarnos juntos, porque «estamos interconectados y somos interdependientes». Y exhortó «a la sociedad civil, a los miembros de otras religiones, a los gobiernos, a las organizaciones internacionales, a las comunidades académicas y científicas y a todas las demás partes interesadas a promover una amistad que sostenga la paz y la fraternidad»
Tiziana Campisi – Ciudad del Vaticano
Quienes están «profundamente arraigados» en sus «tradiciones religiosas y dispuestos a trabajar juntos pueden aportar un rayo de esperanza» a este mundo herido donde, a causa de tantas guerras, miles de personas lo han perdido todo y se han visto «obligadas a huir» y muchos niños están «afectados por la violencia».
Francisco reiteró lo afirmado en la Declaración Final del Dicasterio para el Diálogo Interreligioso, al término de la VII Conferencia Budista-Cristiana, celebrada en Bangkok el pasado mes de noviembre, al recibir este 27 de mayo en audiencia, en la Sala Clementina del Palacio Apostólico, a una delegación de monjes budistas tailandeses. Una visita que «refuerza» una larga amistad y que recordó al Pontífice su viaje apostólico a Tailandia en el 2019 y la «extraordinaria acogida y hospitalidad» que se le ofreció.
Durante el diálogo budista-cristiano – que reunió en Tailandia a más de 150 personas de diversas partes de Asia para reflexionar sobre el tema «Karuna y Ágape en diálogo para sanar a una humanidad herida y a la Tierra» – se destacaron tres «puntos fundamentales», que el Papa también recordó. El primero fue que «nadie se salva solo», que «sólo podemos salvarnos juntos, ya que estamos interconectados y somos interdependientes».
“A la luz de esta verdad, os exhorto a colaborar con todos: la sociedad civil, los miembros de otras religiones, los gobiernos, las organizaciones internacionales, las comunidades académicas y científicas, y todas las demás partes interesadas para promover una amistad que sustente la paz y la fraternidad y construya un mundo más inclusivo”
El segundo punto fundamental surgido del encuentro asiático y que Francisco subrayó fue «la importancia de educar a cada persona, especialmente a los jóvenes y a los niños, en relaciones de cuidado y atención hacia los demás y hacia el medio ambiente».
Y el tercer punto, para el Papa, es la constatación de que la oración y la meditación pueden «dar la vuelta a las cosas, purificando nuestros corazones y nuestras mentes; generando bondad amorosa, misericordia y perdón donde hay odio y venganza, creando un espíritu de respeto y cuidado hacia los demás y hacia la tierra».
A este respecto, el Santo Padre acogió con satisfacción una iniciativa que tendrá lugar en Roma.
“Me alegro mucho de que mañana recen por la paz en la Basílica de Santa María en Trastévere”
Por último, el Pontífice animó a los monjes budistas tailandeses «a seguir reavivando el diálogo y la cooperación, especialmente con la Iglesia católica de Tailandia, en un espíritu de amistad constante».
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