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PARA MEDITAR
El evangelista Lucas (Lc 6, 39-45) nos presenta algunos pasajes del discurso que Jesús pronunció en la llanura después de haber pasado la noche en oración y después de haber llamado a los Doce para que fueran sus apóstoles. Jesús les cuenta una parábola a los discípulos: “¿Puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo?”.
En el contexto del Evangelio de Lucas, esta parábola está dirigida a los animadores de las comunidades que se consideran a sí mismos maestros de la verdad, superiores a los demás. Por eso son guías ciegos. De igual modo, Jesús hace un llamado de atención a quienes se convierten en jueces de la otra persona (Lc 6, 41-42) y pide una actitud creativa que nos haga capaces de salir al encuentro del otro, sin juzgarlo, aceptándolo como hermano (Mt 7, 1-5). Finalmente, Jesús nos recuerda la parábola del árbol que da buenos frutos para indicarnos que una persona bien formada en la tradición de la vida comunitaria hace crecer dentro de sí una buena índole que la conduce a practicar el bien.
