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Pan de la Palabra


08 Diciembre 2025

  • Solemnidad – Oficio de la Solemnidad
  • Blanco
  • Inmaculada Concepción de la Virgen María.

PRIMERA LECTURA

Del libro del Génesis 3, 9-15.20

Después de comer Adán del árbol, el Señor Dios lo llamó y le dijo: “¿Dónde estás?”. Él contestó: “Oí tu ruido en el jardín, me dio miedo, porque estaba desnudo, y me escondí”.  El Señor Dios le replicó: “¿Quién te informó de que estabas desnudo?, ¿es que has comido del árbol del que te prohibí comer?”. Adán respondió: “La mujer que me diste como compañera me ofreció del fruto y comí”. El Señor Dios dijo a la mujer: “¿Qué has hecho?”.

La mujer respondió: “La serpiente me sedujo y comí”. El Señor Dios dijo a la serpiente: “Por haber hecho eso, maldita tú entre todo el ganado y todas las fieras del campo; te arrastrarás sobre el vientre y comerás polvo toda tu vida; pongo hostilidad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y su descendencia; esta te aplastará la cabeza cuando tú la hieras en el talón”. Adán llamó a su mujer Eva, por ser la madre de todos los que viven.

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 97

R.Canten al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas.

• Canten al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas. Su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo. R/.

El Señor da a conocer su salvación, revela a las naciones su justicia. Se acordó de su misericordia y su fidelidad en favor de la casa de Israel. R/.

Los confines de la tierra han contemplado la salvación de nuestro Dios. Aclama al Señor, tierra entera; griten, vitoreen, toquen.R/.

EVANGELIO

Del santo Evangelio según san Lucas 1, 26-38

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo”. Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquel.

El ángel le dijo: “No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin”. Y María dijo al ángel: “¿Cómo será eso, pues no conozco varón?”.

El ángel le contestó: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, ‘porque para Dios nada hay imposible’”. María contestó: “He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra”. Y el ángel se retiró.

Palabra del Señor.

 

 

LECTIO DIVINA

HALLEN MEDITANDO

En esta solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María, la liturgia de la Palabra abarca el plan de la salvación desde los orígenes hasta el sí gozoso de la Virgen Madre. El Génesis ilustra un momento crucial para la humanidad: “Dios llamó al hombre y le dijo: ‘¿Dónde estás?’” (v. 9). Esta no es una pregunta que solo indaga por la ubicación, sino que pretende llegar hasta la realidad concreta de la persona. El ser humano no puede ocultarse de Dios (Sal 139, 7: “¿Adónde iré lejos de tu espíritu, adónde podré huir de tu presencia?”). El texto indica que el miedo impulsa la huida, es decir, el miedo coarta la libertad de la respuesta a la pregunta divina.

Esto se manifiesta en la imagen de la desnudez que en el antiguo Israel era signo de abominación y vergüenza (Ex 20, 26). Se trata, en realidad, de una perturbación en el interior del ser humano o de una forma de expresión para mostrar la ruptura de la relación con Dios. La problemática de Gn 3, 9-15 no es buscar un culpable, sino mostrarnos la división que rompe la mutua comunión entre las personas e, incluso, entre Dios y el ser humano. El texto nos habla de una lucha sin salida y sin esperanza. El Evangelio de Lucas, en cambio, trae para los creyentes una nueva ilusión: “Vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo a quien pondrás por nombre Jesús” (v. 31). Si en Génesis Eva se presenta intentando ocultarse de Dios, en Lucas María aparece como el nuevo lugar de Dios.

El evangelista prioriza la imagen de María con una doble repetición sobre su virginidad (v. 27), lo cual evoca, al menos, dos términos hebreos: alemàh (“mujer joven”) y betulàh (“mujer que no ha conocido varón”). En este sentido, el desconcierto de María ante las palabras del ángel es acertado. Sin embargo, en ella percibimos la obediencia y la docilidad. El término ginōskō (“conocer”) señala no solo un conocimiento intelectual, sino también una forma de saber experiencial, con la cual, el evangelista dibuja la situación de una doncella y confirma la modalidad del plan divino que se encarna en las entrañas de una mujer.

María, en efecto, acepta el designio de Dios anunciado por el ángel: “He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra” (v. 38). La expresión “hágase en mí” (genoito moi) indica la aceptación voluntaria del acontecimiento salvífico. Coloquialmente, solemos decirlo como el “sí de María”. Detrás de estas palabras aparece la disponibilidad revestida con el término esclava (doulē) que describe la condición del ser humano frente a Dios.

 

LLAMEN ORANDO

La solemnidad de la Inmaculada Concepción me conduce a querer vivir en un constante sí para el Señor. Sé de mis límites y conozco mis preguntas para Dios. Sin embargo, en la entrega de María y su aceptación encuentro el sentido de mi camino de fe. Quisiera hacer propias las palabras de san Ambrosio para afianzar el deseo que hoy me genera el encuentro con la Palabra: “Sírvaos la vida de María de modelo de virginidad, cual imagen que se hubiese trasladado a un lienzo; en ella, como en un espejo, brilla la hermosura de la castidad y la belleza de toda virtud. De aquí podéis tomar ejemplos de vida, ya que, en ella, como en un dechado, se muestra con las enseñanzas manifiestas de su santidad qué es lo que habéis de corregir, qué es lo que habéis de reformar, qué es lo que habéis de retener” (Contra las herejías).

 

LES ABRIRÁN CONTEMPLANDO

Señor, tengo en mi interior un sentimiento de gratitud por fijar tu mirada en María de Nazaret. Ella me inspira y guía mi experiencia espiritual junto a ti; como ella, deseo comprender que en el camino de la vida no existe nada imposible para los que nos dejamos mirar por tu amor y tu ternura.Amén.

 

 


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