PRIMERA LECTURA
Del Segundo libro de Samuel 5, 1-3
En aquellos días, todas las tribus de Israel se presentaron ante David en Hebrón y le dijeron: “Hueso tuyo y carne tuya somos. Desde hace tiempo, cuando Saúl reinaba sobre nosotros, eras tú el que dirigía las salidas y entradas de Israel. Por su parte, el Señor te ha dicho: ‘Tú pastorearás a mi pueblo Israel, tú serás el jefe de Israel’”. Los ancianos de Israel vinieron a ver al rey en Hebrón. El rey hizo una alianza con ellos en Hebrón, en presencia del Señor, y ellos le ungieron como rey de Israel.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
Salmo 121
R. Vamos alegres a la casa del Señor.
• ¡Qué alegría cuando me dijeron: “Vamos a la casa del Señor”! Ya están pisando nuestros pies tus umbrales, Jerusalén. R/ .
• Allá suben las tribus, las tribus del Señor, según la costumbre de Israel, a celebrar el nombre del Señor; en ella están los tribunales de justicia, en el palacio de David. R/.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Lucas 23, 35-43.
En aquel tiempo, los magistrados hacían muecas a Jesús diciendo: “A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si Él es el Mesías de Dios, el Elegido”. Se burlaban de Él también los soldados, que se acercaban y le ofrecían vinagre, diciendo: “Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo”. Había también por encima de Él un letrero: “Este es el rey de los judíos”.
Uno de los malhechores crucificados lo insultaba diciendo: “¿ No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros”. Pero el otro, respondiéndole e increpándolo, le decía: “¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en la misma condena? Nosotros, en verdad, lo estamos justamente, porque recibimos el justo pago de lo que hicimos; en cambio, este no ha hecho nada malo”. Y decía: “Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino”. Jesús le dijo: “En verdad te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso”.
Palabra del Señor.
LECTIO DIVINA
PARA MEDITAR
La Palabra de Dios en labios de Jesús a lo largo del Evangelio de Lucas ha demostrado ser eficaz, liberadora, creadora, salvífica; ella no se limita a proporcionarnos información sobre el poder de Dios, sino que es causante de un acontecimiento dentro de nosotros, en nuestro interior, mejor, más allá, pues nos abre el camino para estar en compañía de Jesús en su Reino. Entonces descubrimos que ella, precisamente en el último momento, realiza lo que significa, otorga lo que promete: la salvación.
Entonces sabernos discípulos de Jesús, oyentes de su palabra misericordiosa y salvadora, nos convierte en personas creyentes en una Palabra que realiza cuanto dice. La Palabra de Dios, confirmada desde la cruz, no es solamente una enseñanza, ni se equipara a una fuerza que instruye sobre el misterio de Dios. Ella es orden irreversible, es un imperativo creador de vida, de futuro, de comunión e intimidad con el Dios de la vida, porque ella es un acontecimiento temporal que se inserta en la historia y nos abre el camino hacia la plenitud de toda historia: la comunión con Dios y Jesús en su Reino eterno.
PARA REFLEXIONAR
¿Qué hacer para proclamar que la misericordia de Dios nos alcanza y salva en el último momento cuando somos capaces de reconocer en el crucificado al Rey misericordioso?
ORACIÓN FINAL
Padre, gracias porque tu Espíritu Santo nos hace decir a Jesús: acuérdate de mí cuando vengas con tu Reino; por contar con sus palabras de salvación también cuando todos nos han dado la espalda, nos han abandonado, nos han condenado a la ignominia, pero tu amor nos rescata. Amén.
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