PRIMERA LECTURA
Comienzo de la Primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo 1, 1-2.12-14
Pablo, apóstol de Cristo Jesús por mandato de Dios, Salvador nuestro, y de Cristo Jesús, esperanza nuestra, a Timoteo, verdadero hijo en la fe: gracia, misericordia y paz de parte de Dios Padre y de Cristo Jesús, Señor nuestro. Doy gracias a Cristo Jesús, Señor nuestro, que me hizo capaz, se fio de mí y me confió este ministerio, a mí, que antes era un blasfemo, un perseguidor y un insolente. Pero Dios tuvo compasión de mí porque no sabía lo que hacía, pues estaba lejos de la fe; sin embargo, la gracia de nuestro Señor sobreabundó en mí junto con la fe y el amor que tienen su fundamento en Cristo Jesús.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
Salmo 15
R. Tú eres, Señor, el lote de mi heredad.
• Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti. Yo digo al Señor: “Tú eres mi Dios”. El Señor es el lote de mi heredad y mi copa, mi suerte está en tu mano. R/.
• Bendeciré al Señor que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente. Tengo siempre presente al Señor, con Él a mi derecha no vacilaré. R/.
• Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua a tu derecha. R/.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Lucas 6, 39-42
En aquel tiempo, dijo Jesús a los discípulos una parábola: “¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? No está el discípulo sobre su maestro, si bien, cuando termine su aprendizaje, será como su maestro. ¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: ‘Hermano, déjame que te saque la mota del ojo’, sin fijarte en la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! Sácate primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la mota del ojo de tu hermano”.
Palabra del Señor.
LECTIO DIVINA
PARA MEDITAR
Dice san Agustín: “Nos has hecho, Señor, para ti; y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti”. Esta expresión puede caracterizar y describir a una persona que, tras su encuentro personal y transformador con Jesucristo, como el caso de san Pablo, se consagra al Señor, descubre que toda su persona, vida y misión se convierten en pertenencia de Dios, más aún, se experimenta y vive como propiedad exclusiva de Dios, sin méritos, tan solo porque ha hecho experiencia de la misericordia entrañable de Dios. Quien así vive su fe, puede testimoniar que desde entonces tiene el corazón saltando de gozo, que el Señor ha sido capaz de llenar su corazón humano de una luz tan grande, que en él ya no encuentra espacio la blasfemia.
De nosotros, que también nos hemos encontrado con Jesucristo, quienes nos rodean pueden esperar que estemos en total disponibilidad a seguirlo, de testimoniar que nuestro corazón ha encontrado su descanso, que somos las personas más felices del mundo, que nuestra vida tiene sentido porque nos hemos encontrado con la misericordia de Dios.
PARA REFLEXIONAR
¿Cómo mostrarles a los que aún van blasfemando por la vida que su existencia puede dar un giro total y estar al servicio de la insondable y entrañable misericordia de Dios?
ORACIÓN FINAL
Padre, gracias porque tu Espíritu Santo nos revela que aun cuando una persona, como Pablo, antes fue blasfema, tú le otorgaste la misericordia en Jesucristo; concédenos ser testigos de que nuestra vida puede estar al servicio de la evangelización si conocemos el alcance de su gracia. Amén.
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