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Pan de la Palabra


19 Agosto 2025

  • Feria o Memoria libre – Semana 20ª del tiempo Ordinario
  • Verde / Blanco
  • San Ezequiel Moreno Díaz, obispo, o san Juan Eudes, presbítero

PRIMERA LECTURA

Del libro de los Jueces 6, 11-24a

En aquellos días, vino el ángel del Señor y se sentó bajo el terebinto que hay en Ofrá, perteneciente a Joás, de los de Abiezer. Su hijo Gedeón estaba desgranando el trigo en el lagar, para esconderlo de los madianitas. Se le apareció el ángel del Señor y le dijo: “El Señor esté contigo, valiente guerrero”. Gedeón respondió: “Perdón, mi señor; si el Señor está con nosotros, ¿por qué nos ha sucedido todo esto? ¿Dónde están todos los prodigios que nos han narrado nuestros padres, diciendo: el Señor nos hizo subir de Egipto? En cambio ahora, el Señor nos ha abandonado y nos ha entregado en manos de Madián”.

El Señor se volvió hacia él y le dijo: “Ve con esa fuerza tuya y salva a Israel de las manos de Madián. Yo te envío”. Gedeón replicó: “Perdón, mi Señor, ¿con qué voy a salvar a Israel? Mi clan es el más pobre de Manasés y yo soy el menor de la casa de mi padre”. El Señor le dijo: “Yo estaré contigo y derrotarás a Madián como a un solo hombre”. Gedeón insistió: “Si he hallado gracia a tus ojos, dame una señal de que eres tú el que estás hablando conmigo. Te ruego que no te retires de aquí hasta que vuelva a tu lado, traiga mi ofrenda y la deposite ante ti”.

El Señor respondió: “Permaneceré sentado hasta que vuelvas”. Gedeón marchó a preparar un cabrito y panes ácimos con unos cuarenta y cinco kilos de harina. Puso la carne en un cestillo, echó la salsa en una olla, lo llevó bajo la encina y se lo presentó. El ángel de Dios le dijo entonces: “Coge la carne y los panes ácimos, deposítalos sobre aquella peña, y vierte la salsa”. Así lo hizo.

El ángel del Señor alargó la punta del bastón que tenía en la mano, tocó la carne y los panes ácimos, y subió un fuego de la peña que consumió la carne y los panes ácimos. Después el ángel del Señor desapareció de sus ojos. Cuando Gedeón reconoció que se trataba del ángel del Señor, dijo: “¡Ay, Señor mío, Señor, que he visto cara a cara al ángel del Señor!”. El Señor respondió: “La paz contigo, no temas, no vas a morir”. Gedeón erigió allí un altar al Señor y lo llamó “el Señor paz”.

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL
Salmo 84
R. Dios anuncia la paz a su pueblo.

• Voy a escuchar lo que dice el Señor: “Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos y a los que se convierten de corazón”. R/.

• La misericordia y la fidelidad se encuentran, la justicia y la paz se besan; la fidelidad brota de la tierra, y la justicia mira desde el cielo. R/.

•  El Señor nos dará la lluvia, y nuestra tierra dará su fruto. La justicia marchará ante Él, y sus pasos señalarán el camino. R/.

 

EVANGELIO

Del santo Evangelio según san Mateo 19, 23-30

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “En verdad les digo que difícilmente entrará un rico en el Reino de los Cielos. Lo repito: más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el Reino de los Cielos”. Al oírlo, los discípulos dijeron espantados: “Entonces, ¿quién puede salvarse?”. Jesús se les quedó mirando y les dijo: “Es imposible para los hombres, pero Dios lo puede todo”. Entonces dijo Pedro a Jesús: “Ya ves, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué nos va a tocar?”.

Jesús les dijo: “En verdad les digo: cuando llegue la renovación y el Hijo del hombre se siente en el trono de su gloria, también ustedes, los que me han seguido, se sentarán en doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel. Todo el que por mí deja casa, hermanos o hermanas, padre o madre, hijos o tierras, recibirá cien veces más y heredará la vida eterna. Pero muchos primeros serán últimos y muchos últimos primeros”.

Palabra del Señor.

 

 

LECTIO DIVINA

PARA MEDITAR

 

Dice el papa Francisco en Spes non confundit que la vida de Jesucristo “se manifiesta en nuestra vida de fe, que empieza con el bautismo; se desarrolla en la docilidad a la gracia de Dios y, por tanto, está animada por la esperanza, que se renueva siempre y se hace inquebrantable por la acción del Espíritu Santo” (n.o 3). Esta esperanza en el poder de Dios revelado en Jesucristo que nos llama y envía, es la que nos hace aptos para realizar la misión y las acciones que Él nos encomienda a pesar de nuestras incapacidades. 

Porque para nosotros creer en Dios que anima y sostiene todo su plan salvífico, implica una doble referencia: a la persona y a la verdad. A la verdad debido a la confianza en la persona que la atestigua. Y a la persona porque ella misma es la verdad auténtica. Esto nos provocará una adhesión a su proyecto tanto del corazón, como de la mente y de la acción. La misión será posible y se realizará conforme al querer salvífico de Dios que nos elige, capacita, da credibilidad y envía con su Espíritu.

 

PARA REFLEXIONAR

 

¿Cómo responder con libertad y confianza a la vocación que se nos da para servir a muchos y ser testimonio de las acciones liberadoras del Dios que no defrauda?

 

ORACIÓN FINAL

 

Padre, que escuchemos cómo tu Espíritu Santo hace valer su fuerza para fortalecer el envío que en Jesús nos haces para mostrar la salvación a muchos.

 


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