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Pan de la Palabra


16 Agosto 2025

  • Feria o Memoria libre – Semana 19ª del tiempo Ordinario
  • Verde / Blanco
  • San Esteban de Hungría o B.V.M.

PRIMERA LECTURA

Del libro de Josué 24, 14-29

En aquellos días, hablaba Josué al pueblo diciendo: “Pues bien: teman al Señor; sírvanle con toda sinceridad; quiten de en medio los dioses a los que sirvieron sus padres al otro lado del Río y en Egipto; y sirvan al Señor. Pero si les resulta duro servir al Señor, elijan hoy a quién quieren servir: si a los dioses a los que sirvieron sus padres al otro lado del Río, o a los dioses de los amorreos, en cuyo país habitan; que yo y mi casa serviremos al Señor”.

El pueblo respondió: “¡Lejos de nosotros abandonar al Señor para ir a servir a otros dioses! Porque el Señor nuestro Dios es quien nos sacó, a nosotros y a nuestros padres, de Egipto, de la casa de la esclavitud; y quien hizo ante nuestros ojos aquellos grandes prodigios y nos guardó en todo nuestro peregrinar y entre todos los pueblos por los que atravesamos. Además, el Señor expulsó ante nosotros a los pueblos amorreos que habitaban el país. También nosotros serviremos al Señor, ¡porque Él es nuestro Dios!”. Y Josué dijo al pueblo: “No lograrán servir al Señor, porque es un Dios santo, un Dios celoso. No perdonará sus delitos ni sus pecados.

Si abandonan al Señor y sirven a dioses extranjeros, Él también se volverá contra ustedes y, después de haberles hecho tanto bien, los maltratará y los aniquilará”. El pueblo le respondió: “¡No! Nosotros serviremos al Señor”. Josué insistió: “Ustedes son testigos contra ustedes mismos de que han elegido al Señor para servirle”. Respondieron: “¡Testigos somos!”. “Entonces, quiten de en medio los dioses extranjeros que conservan, e inclinen su corazón hacia el Señor, Dios de Israel”. El pueblo respondió: “¡Al Señor nuestro Dios serviremos y obedeceremos su voz!”. Aquel día Josué selló una alianza con el pueblo y les dio leyes y mandatos en Siquén. Josué escribió estas palabras en el libro de la ley de Dios.

Cogió una gran piedra y la erigió allí, bajo la encina que hay en el santuario del Señor. Y dijo Josué a todo el pueblo: “Miren, esta piedra será testigo contra nosotros, porque ha oído todas las palabras que el Señor nos ha dicho. Ella será testigo contra ustedes, para que no puedan renegar de su Dios”. Luego Josué despidió al pueblo, cada cual a su heredad. Y después de todo esto, murió Josué, hijo de Nun, siervo del Señor, a la edad de ciento diez años.

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL
Salmo 15
R. Tú, Señor, eres el lote de mi heredad.

• Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti. Yo digo al Señor: “Tú eres mi Dios”. El Señor es el lote de mi heredad y mi copa, mi suerte está en tu mano. R/.

• Bendeciré al Señor que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente. Tengo siempre presente al Señor, con Él a mi derecha no vacilaré. R/.

•  Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua a tu derecha. R/.

 

EVANGELIO

Del santo Evangelio según san Mateo19, 13-15

En aquel tiempo, le presentaron unos niños a Jesús para que les impusiera las manos y orase, pero los discípulos los regañaban. Jesús dijo: “Déjenlos, no impidan a los niños acercarse a mí; de los que son como ellos es el Reino de los Cielos”. Les impuso las manos y se marchó de allí.

Palabra del Señor.

 

 

LECTIO DIVINA

PARA MEDITAR

 

El papa Francisco explica la eficacia de la fe al afirmar: “La fe nace del encuentro con el amor originario de Dios, en el que se manifiesta el sentido y la bondad de nuestra vida, que es iluminada en la medida en que entra en el dinamismo desplegado por este amor, en cuanto que se hace camino y ejercicio hacia la plenitud del amor” (Lumen fidei, n.o 51). Este encuentro decisivo orienta toda decisión del ser humano convertido en creyente en el único Señor.

La decisión que se nos pide y exige debe resultar claramente visible y experimentable en nuestra actitud y en nuestra práctica cotidiana, a fin de que sea incluso visible para los demás, y, sin duda, también para nosotros mismos, que hemos elegido al Señor de la vida, que a Él adoramos y rezamos y que solo a Él nos referimos cuando decimos que creemos en Dios. Pero, todavía más, porque por nuestra conducta los otros deben poder adivinar los rasgos paternos de ese Dios y Señor liberador y de su rostro divino al que dirigimos confiada y esperanzadamente nuestras oraciones, pues Él nunca nos defrauda.

 

PARA REFLEXIONAR

 

Se nos presentan muchas opciones liberadoras, ¿somos capaces de elegir al único que da la liberación de toda esclavitud, que nos hace libres e impide que el ser humano sea dominado y sometido? ¿Qué nos impide optar por el Dios de la liberación aquí, ahora y para siempre?

 

ORACIÓN FINAL

 

Padre, gracias porque tu Espíritu Santo ilumina a todos los miembros de la comunidad de Jesucristo para que elijamos hoy a quién hemos de servir. Que, con sinceridad de corazón, optemos por el Reino que Él nos ha revelado en la acogida de los pequeños. Amén.

 


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