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Pan de la Palabra


20 Junio 2025

  • Feria – Semana 11ª del tiempo Ordinario
  • Verde
  • Juan Fisher y Tomás Moro

PRIMERA LECTURA

De la Segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 11, 18.21b-30

Hermanos: Puesto que muchos se glorían de títulos humanos, también yo voy a gloriarme. A lo que alguien se atreva –lo digo disparatando–, también me atrevo yo. ¿Que son hebreos? También yo. ¿Que son israelitas? También yo. ¿Que son descendientes de Abrahán? También yo. ¿Que son siervos de Cristo? Voy a decir un disparate: mucho más yo. Más en fatigas, más en cárceles; muchísimo más en palizas y, frecuentemente, en peligros de muerte. De los judíos he recibido cinco veces los cuarenta azotes menos uno; tres veces he sido azotado con varas, una vez he sido lapidado, tres veces he naufragado y pasé una noche y un día en alta mar.

Cuántos viajes a pie, con peligros de ríos, peligros de bandoleros, peligros de los de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en despoblado, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos, trabajo y agobio, sin dormir muchas veces, con hambre y sed, a menudo sin comer, con frío y sin ropa. Y aparte todo lo demás, la carga de cada día: la preocupación por todas las Iglesias. ¿Quién enferma sin que yo enferme? ¿Quién tropieza sin que yo me indigne? Si hay que gloriarse, me gloriaré de lo que muestra mi debilidad.

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL
Salmo 33
R. Dios libra a los justos de sus angustias.

• Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca; mi alma se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren. R/.


• Proclamen conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos juntos su nombre. Yo consulté al Señor, y me respondió, me libró de todas mis ansias. R/.

• Contémplenlo, y quedarán radiantes, su rostro no se avergonzará. El afligido invocó al Señor, Él lo escuchó y lo salvó de sus angustias. R/.

 

EVANGELIO

Del santo Evangelio según san Mateo 6, 19-23

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “No atesoren para ustedes tesoros en la tierra, donde la polilla y la carcoma los roen y donde los ladrones abren boquetes y los roban. Háganse tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni carcoma que los roen, ni ladrones que abren boquetes y roban. Porque donde está tu tesoro, allí estará tu corazón. La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo está sano, tu cuerpo entero tendrá luz; pero si tu ojo está enfermo, tu cuerpo entero estará a oscuras. Si, pues, la luz que hay en ti está oscura, ¡cuánta será la oscuridad!”.

Palabra del Señor.

 

 

LECTIO DIVINA

PARA MEDITAR

 

Los creyentes y miembros de la comunidad cristiana no nos encontramos con el prójimo o hermano como con un ser aparte, aisladamente, en soledad, sin vínculo alguno de comunión interior, sin sentido de auténtica solidaridad, sino que queremos de corazón encontrarnos siempre con cada miembro particular de nuestra comunidad y de la sociedad, con la totalidad de su persona, dentro de su mundo, el cual se compone de muchas realidades.

 

Esto provoca que nos encontremos rodeados de diversas realidades de nuestro entorno y circunstancias. El otro, su mundo, sus intereses, su salvación, su vida eterna forman parte de nuestras más profundas y sinceras preocupaciones. De alguna manera, sabemos que ser cristianos significa querer el bien y lo mejor para los demás, sin pretender apoderarnos de nadie, pero queriendo llegar a ser todo para todos, llegar a ser presencia benéfica para los que nos han sido confiados, llegar a vivir la vida en función de ellos como si fuera nuestra propia vida.

 

PARA REFLEXIONAR

 

¿Qué es lo que ocupa nuestras fuerzas desgastándonos sin sentido, mientras los hermanos padecen necesidad?

 

¿Cómo ser servidores fieles del Evangelio que apuestan por la vida de sus hermanos en todo tiempo y lugar? ¿Cuál es el signo que identifica nuestra interioridad servicial?

 

ORACIÓN FINAL

 

Padre, nos urge vivir animados por tu Espíritu Santo para asumir con serenidad las cosas que nos vienen de fuera por la preocupación por todas las Iglesias; por eso, que la Palabra de Jesús nos disponga para ser personas que viven desde su más profunda interioridad al servicio de todos. Amén.

 


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