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Pan de la Palabra


19 Junio 2025

  • Feria o Memoria libre - Semana 11ª del tiempo Ordinario
  • Verde / Blanco
  • San Romualdo, abad

PRIMERA LECTURA

De la Segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 11, 1-11

Hermanos: ¡Ojalá me toleraran algo de locura!; aunque ya sé que me la toleran. Tengo celos de ustedes, los celos de Dios, pues los he desposado con un solo marido, para presentarlos a Cristo como una virgen casta. Pero me temo que, lo mismo que la serpiente sedujo a Eva con su astucia, se perviertan las mentes de ustedes, apartándose de la sinceridad y de la pureza debida a Cristo. Pues, si se presenta cualquiera predicando un Jesús diferente del que les he predicado, o les propone recibir un Espíritu diferente del que recibieron, o aceptaron un Evangelio diferente del que aceptaron, lo toleran tan tranquilos.

No me creo en nada inferior a esos “superapóstoles”. En efecto, aunque en el hablar soy inculto, no lo soy en el saber; que en todo y en presencia de todos se lo hemos demostrado. ¿O hice mal en abajarme para elevarlos a ustedes, anunciando de balde el Evangelio de Dios? Para estar al servicio de ustedes tuve que despojar a otras comunidades, recibiendo de ellas un subsidio. Mientras estuve con ustedes, no me aproveché de nadie, aunque estuviera necesitado; los hermanos que llegaron de Macedonia atendieron a mi necesidad. Mi norma fue y seguirá siendo no serles gravoso en nada. Por la verdad de Cristo que hay en mí: nadie en toda Grecia me quitará esta satisfacción. ¿Por qué? ¿Porque no los quiero? Bien sabe Dios que no es así.

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL
Salmo 10
R. Justicia y verdad son las obras de tus manos, Señor.

• Doy gracias al Señor de todo corazón, en compañía de los rectos, en la asamblea. Grandes son las obras del Señor, dignas de estudio para los que las aman. R/.


• Esplendor y belleza son su obra, su justicia dura por siempre. Ha hecho maravillas memorables, el Señor es piadoso y clemente. R/.

• Justicia y verdad son las obras de sus manos, todos sus preceptos merecen confianza: son estables para siempre jamás, se han de cumplir con verdad y rectitud. R/.

 

EVANGELIO

Del santo Evangelio según san Mateo 6, 7-15

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “Cuando recen, no usen muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No sean como ellos, pues su Padre sabe lo que les hace falta antes de que lo pidan. Ustedes oren así: ‘Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre, venga a nosotros tu Reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal’. Porque si perdonan a los hombres sus ofensas, también a ustedes los perdonará su Padre celestial, pero si no perdonan a los hombres, tampoco su Padre perdonará sus ofensas”.

Palabra del Señor.

 

 

LECTIO DIVINA

PARA MEDITAR

 

Las muchas y a veces continuas adversidades de la vida pueden llegar a provocarnos un fuerte e incontenible estremecimiento del corazón, la inesperada experiencia del dolor. Sin embargo, esta misma situación vista desde la fe, debe volver a asegurarnos la satisfacción primera para decir con verdad al prójimo cuánto lo valoramos, apreciamos y amamos. Esto no significa que no haya algo de apabullante en el dolor, un aguijón que se revela como insoportable crueldad (¡y saber que todo fue gratis!), que, por lo general, es intransferible, se convierte casi en algo de nuestra propiedad personal.

 

Dado que el dolor que produce estas lágrimas está relacionado con la sincera y trasparente proclamación del Evangelio, la experiencia de abandono, de soledad y de sufrimiento, que ciertamente lo hacen también más doloroso, comienza a manifestarse poco a poco como un encuentro en la realidad de nuestra humilde condición de ser tan solo seres humanos (debilidad), pero dotados de una fuerza y unas capacidades creadoras (espíritu), abiertas a la espera del amor originario.

 

PARA REFLEXIONAR

 

¿Cómo ayudar efectivamente a los hermanos a superar las difíciles pruebas que el ambiente nos obliga a padecer por proclamar el Evangelio?

¿Cuáles acciones podemos emprender para animar a quien padece la incomprensión, el juicio o la condena de miembros de la comunidad de fe?

 

ORACIÓN FINAL

 

Padre, danos discernimiento para leer a la luz de tu Espíritu Santo las dificultades que nos vendrán al predicar el Evangelio de Dios a los hermanos; que la Palabra de Jesús anime nuestra esperanza cuando esté amenazada por la soledad, el dolor y el sufrimiento por causa del celo pastoral. Amén.

 


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