Logo San Pablo

Pan de la Palabra


20 Marzo 2025

  • Feria – Semana 2ª de Cuaresma
  • Morado
  • San Serapión

PRIMERA LECTURA

Del libro de Jeremías 17, 5-10

Esto dice el Señor: “Maldito quien confía en el hombre, y busca el apoyo de las criaturas, apartando su corazón del Señor. Será como cardo en la estepa, que nunca recibe la lluvia; habitará en un árido desierto, tierra salobre e inhóspita. Bendito quien confía en el Señor y pone en el Señor su confianza. Será un árbol plantado junto al agua, que alarga a la corriente sus raíces; no teme la llegada del estío, su follaje siempre está verde; en año de sequía no se inquieta, ni dejará por eso de dar fruto. Nada hay más falso y enfermo que el corazón: ¿quién lo conoce? Yo, el Señor, examino el corazón, sondeo el corazón de los hombres para pagar a cada cual su conducta según el fruto de sus acciones”.

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL
Salmo 1
R. Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.

• Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos, ni entra por la senda de los pecadores, ni se sienta en la reunión de los cínicos; sino que su gozo es la ley del Señor, y medita su ley día y noche. R/.


• Será como un árbol plantado al borde de la acequia: da fruto a su tiempo y no se marchitan sus hojas; y cuanto emprende tiene buen fin.  R/.

• No así los impíos, no así; serán paja que arrebata el viento. Porque el Señor protege el camino de los justos, pero el camino de los impíos acaba mal. R/.

 

 

EVANGELIO

Del santo Evangelio según san Lucas 16, 19-31

En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos: “Había un hombre rico que se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba cada día. Y un mendigo llamado Lázaro estaba echado en su portal, cubierto de llagas, y con ganas de saciarse de lo que caía de la mesa del rico. Y hasta los perros venían y le lamían las llagas. Sucedió que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abrahán. Murió también el rico y fue enterrado. Y, estando en el infierno, en medio de los tormentos, levantó los ojos y vio de lejos a Abrahán, y a Lázaro en su seno, y gritando, dijo: ‘Padre Abrahán, ten piedad de mí y manda a Lázaro que moje en agua la punta del dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas’.

Pero Abrahán le dijo: ‘Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro, a su vez, males: por eso ahora él es aquí consolado, mientras que tú eres atormentado. Y, además, entre nosotros y ustedes se abre un abismo inmenso, para que los que quieran cruzar desde aquí hacia ustedes no puedan hacerlo, ni tampoco pasar de ahí hasta nosotros’. Él dijo: ‘Te ruego, entonces, padre, que le mandes a casa de mi padre, pues tengo cinco hermanos: que les dé testimonio de estas cosas, no sea que también ellos vengan a este lugar de tormento’. Abrahán le dice: ‘Tienen a Moisés y a los profetas: que los escuchen’. Pero él le dijo: ‘No, padre Abrahán. Pero si un muerto va a ellos, se arrepentirán’. Abrahán le dijo: ‘Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no se convencerán ni aunque resucite un muerto’”.

Palabra del Señor.

 

 

LECTIO DIVINA

PARA MEDITAR

 

La Cuaresma quiere que aprendamos a captar las maravillas de Dios, un Dios que nos ve de manera única e irrepetible, cuya mirada está continuamente bajo el signo de la bendición.  Esto será posible si logramos ver, si caemos en la cuenta, si descubrimos la acción de Dios que está perennemente ante nuestros ojos, ofreciéndonos la bendición, su bendición, y librándonos de toda maldición. Para contemplar su acción maravillosa, necesitamos detenernos, hacer un alto en el camino para admirar y descubrir los signos visibles de su amor, intuir la impronta de su ternura y captar la secreta belleza escondida bajo la superficie de las cosas y las apariencias.


El signo de la bendición querida y dada por Dios consigue que, como seres humanos, hagamos prevalecer el gozo y la paz sobre el provecho. Nos invita a que apreciemos la belleza antes de dejarnos dominar por la codicia, que respetemos en vez de mancillar (maldecir), para que, cayendo en la cuenta de la belleza de su bendición creadora y liberadora, admiremos a cada persona en vez de aprovecharnos de ella.


PARA REFLEXIONAR 


Entre las muchas palabras que escuchamos y decimos, ¿con qué frecuencia expresan que Dios bendice al que confía en Él? ¿Es importante vivir bajo ese signo de vida y santidad?
¿El lenguaje que usamos nos revela como buenos hijos del Dios de la bendición y de la gracia?


ORACIÓN FINAL 


Padre, que tu Espíritu Santo nos libre de escuchar que somos malditos por poner nuestra confianza únicamente en el ser humano. Que más bien escuchemos que somos benditos por confiar en la Palabra del Señor, que nos anima a hacer tu voluntad sirviendo al prójimo por amor a ti. Amén.
 


Complementa los ocho (8) pasos de la Lectio Divina adquiriendo el Misal Pan de la Palabra en:


 

 


Suscríbete a nuestro newsletter ENTÉRATE DE LAS ÚLTIMAS NOVEDADES Y RECIBE DESCUENTOS EXCLUSIVOS

whatsapp chat