PRIMERA LECTURA
De la Carta a los Hebreos 2, 5-12
Dios no sometió a los ángeles el mundo venidero, del que estamos hablando; de ello dan fe estas palabras: “¿Qué es el hombre, para que te acuerdes de él, o el ser humano, para que mires por él? Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad, todo lo sometiste bajo sus pies”. En efecto, al someterle todo, nada dejó fuera de su dominio. Pero ahora no vemos todavía que le esté sometido todo. Al que Dios había hecho un poco inferior a los ángeles, a Jesús, lo vemos ahora coronado de gloria y honor por su pasión y muerte. Pues, por la gracia de Dios, gustó la muerte por todos. Convenía que aquel, para quien y por quien existe todo, llevara muchos hijos a la gloria perfeccionando mediante el sufrimiento al jefe que iba a guiarlos a la salvación. El santificador y los santificados proceden todos del mismo. Por eso no se avergüenza de llamarlos hermanos, pues dice: “Anunciaré tu nombre a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré”.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
Salmo 8
R. Diste a tu Hijo el mando sobre las obras de tus manos.
• ¡Señor, Dios nuestro, qué admirable es tu nombre en toda la tierra! ¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él, el ser humano, para mirar por él? R/.
• Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad; le diste el mando sobre las obras de tus manos. Todo lo sometiste bajo sus pies. R/.
• Rebaños de ovejas, toros y hasta las bestias del campo, las aves del cielo, los peces del mar que trazan sendas por el mar. R/.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Marcos 1, 21b-28
En la ciudad de Cafarnaún, el sábado entró Jesús en la sinagoga a enseñar; estaban asombrados de su enseñanza, porque les enseñaba con autoridad y no como los escribas. Había precisamente en su sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo y se puso a gritar: “¿Qué tenemos que ver nosotros contigo, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios”. Jesús lo increpó: “¡Cállate y sal de él!”. El espíritu inmundo lo retorció violentamente y, dando un grito muy fuerte, salió de él. Todos se preguntaron estupefactos: “¿Qué es esto? Una enseñanza nueva expuesta con autoridad. Incluso manda a los espíritus inmundos y lo obedecen”. Su fama se extendió enseguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de Galilea.
Palabra del Señor.
LECTIO DIVINA
PARA MEDITAR
Es probable que cada cierto tiempo nos asalten preguntas angustiosas y hasta escandalosas para la mentalidad de algunos: “¿Por qué? No entiendo nada, todo me parece absurdo, no encuentro sentido a nada de todo esto que me toca vivir ¿Hasta cuándo? Ya basta. No puedo más. Es demasiado”. Todo parece amenazar nuestra relación con Dios, con nosotros mismos e incluso con nuestro prójimo.
No hay por qué sorprendernos. El duro combate de la fe, por la que sabemos que el mundo fue formado por la Palabra, y del cual la carta luego nos presentará una serie de luchadores, nos sirve para afrontar sus cuestiones más alarmantes. Y aquí la Palabra nos conforta al narrar cómo Dios perfeccionó mediante el padecimiento al autor de la salvación, a Jesucristo, a fin de conducirnos a la gloria junto con otros muchos hijos. Ser personas de fe y de esperanza es a lo que se nos llama, a confiar en Aquel que ha resistido obstinadamente los padecimientos queridos por Dios y que ha conocido la plenitud gracias a lo que ha debido padecer.
PARA REFLEXIONAR
¿Cómo hablar de un padecimiento sufrido para dar la salvación a todo el que crea, cuando la sociedad hace lo posible por presentar la ilusión de una vida libre de todo sufrimiento?
¿En qué sentido podemos decir que los creyentes vivimos la vida con dignidad de hijos de Dios?
ORACIÓN FINAL
Padre, que tu Espíritu Santo nos ilumine para comprender la Palabra llena de autoridad de Jesús, que conduce a la santificación de tus hijos, que hace nuevas todas las cosas con frescura impresionante. Te pedimos que, como hijos y hermanos, llevemos vida a los que no ven sentido a la suya. Amén.
Complementa los ocho (8) pasos de la Lectio Divina adquiriendo el Misal Pan de la Palabra en:
- Librería Virtual San Pablo - Ver más...
- Librerías San Pablo - Ver más...
- Más información www.sanpablo.co
- E-mail: servicioalcliente@sanpablo.com.co
- Unirme al Chat