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Pan de la Palabra


18 Octubre 2023

  • Fiesta – Semana 28ª del Tiempo Ordinario
  • Rojo
  • SAN LUCAS, EVANGELISTA

PRIMERA LECTURA

De la Segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo 4, 9-17

Querido hermano: Dimas me ha dejado, enamorado de este mundo presente, y se ha marchado a Tesalónica; Crescente se ha ido a Galacia; Tito, a Dalmacia; el único que está conmigo es Lucas. Toma a Marcos y tráetelo contigo, pues me ayuda bien en la tarea. A Tíquico lo he mandado a Éfeso. El abrigo que dejé en Tróade, en casa de Carpo, tráetelo al venir, y los libros también, sobre todo los pergaminos. Alejandro, el metalúrgico, se ha portado muy mal conmigo; el Señor le pagará lo que ha hecho. Ten cuidado con él también tú, porque se opuso violentamente a mis palabras. La primera vez que me defendí, todos me abandonaron, y nadie me asistió. Que Dios los perdone. Pero el Señor me ayudó y me dio fuerzas para anunciar íntegro el mensaje, de modo que lo oyeran todos los gentiles.

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL

Salmo 144

R/. Que tus fieles, Señor, proclamen la gloria de tu reinado.

• Que todas tus criaturas te den gracias, Señor, que te bendigan tus fieles; que proclamen la gloria de tu reinado, que hablen de tus hazañas. R/.

• Explicando tus hazañas a los hombres, la gloria y majestad de tu reinado. Tu reinado es un reinado perpetuo, tu gobierno va de edad en edad. R/.

• El Señor es justo en todos sus caminos, es bondadoso en todas sus acciones; cerca está el Señor de los que lo invocan, de los que lo invocan sinceramente. R/.

EVANGELIO

Del santo Evangelio según san Lucas 10, 1-9

En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir Él. Y les decía: “La mies es abundante y los obreros pocos; rueguen, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Pónganse en camino! Miren que los mando como corderos en medio de lobos. No lleven talega, ni alforja, ni sandalias; y no se detengan a saludar a nadie por el camino. Cuando entren en una casa, digan primero: ‘Paz a esta casa’. Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos su paz; si no, volverá a ustedes. Quédense en la misma casa, coman y beban de lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No anden cambiando de casa. Si entran en un pueblo y los reciben bien, coman lo que les pongan, curen a los enfermos que haya, y digan: ‘Está cerca de ustedes el Reino de Dios’”.

Palabra del Señor.

 

 

LECTIO DIVINA

PARA MEDITAR

 

El salmo insiste en este aspecto misionero: “Tus amigos, Señor, proclamen la gloria de tu reinado; que hablen de tus hazañas, explicando tus hazañas a los hombres”. No hace falta que escribamos libros famosos.

La palabra de Jesús nos interpela: “Pónganse en camino”, “curen a los enfermos y digan: está cerca de ustedes el Reino de Dios”. Todos podemos ser misioneros y colaboradores de la salvación de Dios, cada uno en su ambiente doméstico y social, por escrito o en los medios de comunicación, en la familia y en la catequesis.

• ¡Cuánto bien ha hecho Lucas con sus libros! Desde hace dos mil años, la comunidad cristiana los lee, aprende cómo es Cristo Jesús y cómo tiene que ser la comunidad cristiana, guiada y animada por el Espíritu Santo.

Lucas nos ha transmitido, por ejemplo, tres cánticos que solo están en sus escritos: uno lo puso en labios de Zacarías (el Benedictus), otro en labios de María (el Magníficat) y el tercero, en los del anciano Simeón (el Nunc dimittis). Como dice la antífona del Benedictus, “san Lucas, al darnos su evangelio, nos anunció el Sol que nace de lo alto, Cristo, nuestro Señor”.

Nuestro testimonio de vida y nuestra catequesis más o menos explícita, deberían presentar a los demás a un Jesús misericordioso, cercano a los pobres y los débiles. Ojalá pudiéramos merecer también la alabanza que dedica a Lucas la antífona del Magníficat, en las vísperas: “Dichoso evangelista san Lucas, que resplandece en toda la Iglesia por haber destacado en sus escritos la misericordia de Cristo”. O el nombre que le dio el gran poeta Dante: Scriba mansuetudinis Christi, “el escritor de la mansedumbre de Cristo”.

para reflexionar

En nuestros procesos pastorales, ¿acompañamos a cada uno según su ritmo y capacidad? ¿Estamos orando para que en la viña del Señor no falten buenos y santos operarios del Reino?

ORACIÓN FINAL

Señor Jesús, quiero ser obrero de tu viña, para llevar el mensaje de esperanza y de amor a los que no te conocen; dame fuerza y voluntad para no decaer en la misión. Amén.

 


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