PRIMERA LECTURA
Comienzo de la Carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 1, 1-8
Pablo, apóstol de Cristo Jesús por voluntad de Dios, y Timoteo, el hermano, a los santos y fieles hermanos en Cristo que residen en Colosas: gracia y paz a ustedes de parte de Dios, nuestro Padre. Damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, orando siempre por ustedes, al tener noticia de su fe en Cristo Jesús y del amor que tienen a todos los santos, a causa de la esperanza que les está reservada en los cielos y de la que oyeron hablar cuando se les anunció la verdad; del Evangelio de Dios, que llegó hasta ustedes. Este sigue dando fruto y propagándose por todo el mundo como ha ocurrido también entre ustedes desde el día en que escucharon y comprendieron la gracia de Dios en la verdad. Así se lo enseñó Epafras, nuestro querido compañero de servicio, fiel servidor de Cristo en lugar nuestro. Él es quien nos ha informado del amor que sienten por nosotros en el Espíritu.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
Salmo 51
R. Confío en tu misericordia, Señor, por siempre.
• Yo, como verde olivo, en la casa de Dios, confío en la misericordia de Dios por siempre jamás. R/.
• Te daré siempre gracias porque has actuado; proclamaré delante de tus fieles: “Tu nombre es bueno”. R/.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Lucas 4, 38-44
En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, entró en la casa de Simón. La suegra de Simón estaba con fiebre muy alta y le rogaron por ella. Él, inclinándose sobre ella, increpó a la fiebre, y se le pasó; ella, levantándose enseguida, se puso a servirles. Al ponerse el sol, todos cuantos tenían enfermos con diversas dolencias se los llevaban, y él, imponiendo las manos sobre cada uno, los iba curando. De muchos de ellos salían también demonios, que gritaban y decían: “Tú eres el Hijo de Dios”. Los increpaba y no les dejaba hablar, porque sabían que Él era el Mesías. Al hacerse de día, salió y se fue a un lugar desierto. La gente lo andaba buscando y, llegando donde estaba, intentaban retenerlo para que no se separara de ellos. Pero Él les dijo: “Es necesario que proclame el Reino de Dios también a otras ciudades, pues para esto he sido enviado”. Y predicaba en las sinagogas de Judea.
Palabra del Señor.
LECTIO DIVINA
PARA MEDITAR
● Ojalá se pudiera decir de todas nuestras comunidades (las diócesis, las parroquias, las comunidades religiosas, los diversos movimientos y asociaciones) que son famosas por su “fe en Cristo Jesús” y su “amor a todos los demás” y que “les anima en todo la esperanza”.
Luego pueden añadirse más cosas organizativas y vistosas, pero lo principal es que existan estas tres virtudes llamadas teologales, las básicas de todo cristiano: la fe, la esperanza y la caridad. Este es el mejor adorno de una comunidad, y la mejor garantía de que su presencia en medio de la sociedad será eficazmente misionera.
● Buen programa para un cristiano y sobre todo para un apóstol. “Al salir de la sinagoga”, o sea, “al salir de nuestra misa o de nuestra oración”, nos espera una jornada de trabajo, de predicación y evangelización, de servicio curativo para con los demás y a la vez de oración personal.
Podemos revisar dos significativos rasgos de esta página. a) Jesús, en medio de una jornada con un horario intensivo de trabajo y dedicación misionera, encuentra momentos para orar a solas. b) Y no quiere “instalarse” en un lugar donde lo han acogido bien: “También a los otros pueblos tengo que anunciarles el Reino de Dios”. Para que evitemos dos peligros: el activismo exagerado, descuidando la oración, y la tentación de quedarnos en el ambiente en que somos bien recibidos, descuidando la universalidad de nuestra misión.
Fijos nuestros ojos en Cristo evangelizador, liberador y orante, que es nuestro modelo y maestro, aprenderemos a vivir su mismo estilo de vida. Dejándonos liberar de nuestras fiebres y ayudando a los demás a encontrar en Jesús su verdadera felicidad.
PARA REFLEXIONAR
● Como bautizados y liberados del mal, ¿somos conscientes de que estamos llamados a levantarnos para anunciar la presencia del Reino de Dios que se hace efectivo por medio del “servicio”?
ORACIÓN FINAL
Tu ejemplo, Señor Jesús, nos estimula al compromiso cristiano en favor de la liberación de los más abandonados. Por eso hacemos nuestros los gozos y esperanzas, tristezas y angustias de las personas de nuestro tiempo, especialmente de los pobres y de cuantos sufren. Acógenos a todos en la fiesta de tu Reino. Amén.
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