PRIMERA LECTURA
De la Segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 4, 7-15
Hermanos: El tesoro del ministerio lo llevamos en vasijas de barro para que se vea que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no proviene de nosotros. Nos aprietan por todos lados, pero no nos aplastan; estamos apurados, pero no desesperados; acosados, pero no abandonados; nos derriban, pero no nos aniquilan; en toda ocasión y por todas partes, llevamos en el cuerpo la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo. Mientras vivimos, continuamente nos están entregando a la muerte, por causa de Jesús; para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. Así, la muerte está actuando en nosotros, y la vida en ustedes. Teniendo el mismo espíritu de fe, según lo que está escrito: “Creí, por eso hablé”, también nosotros creemos y por eso hablamos; sabiendo que quien resucitó al Señor Jesús también con Jesús nos resucitará y nos hará estar con ustedes. Todo es para su bien. Cuantos más reciban la gracia, mayor será el agradecimiento, para gloria de Dios.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
Salmo 125
R. Los que sembraban con lágrimas, cosechan entre cantares.
• Cuando el Señor cambió la suerte de Sion, nos parecía soñar; la boca se nos llenaba de risas, la lengua de cantares. R/.
• Hasta los gentiles decían: “El Señor ha estado grande con ellos”. El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres. R/.
• Que el Señor cambie nuestra suerte como los torrentes del Negueb. Los que sembraban con lágrimas, cosechan entre cantares. R/.
• Al ir, iban llorando, llevando la semilla; al volver, vuelven cantando, trayendo sus gavillas. R/.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Mateo 20, 20-28
En aquel tiempo, se acercó a Jesús la madre de los Zebedeos con sus hijos y se postró para hacerle una petición. Él le preguntó: “¿Qué deseas?”. Ella contestó: “Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu Reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda”. Pero Jesús replicó: “No saben lo que piden. ¿Son capaces de beber el cáliz que yo he de beber?”. Contestaron: “Lo somos”. Él les dijo: “Mi cáliz lo beberán; pero el puesto a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre”. Los otros diez, que lo habían oído, se indignaron contra los dos hermanos. Pero Jesús, reuniéndolos, les dijo: “Saben que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre ustedes: el que quiera ser grande entre ustedes, que sea su servidor, y el que quiera ser primero entre ustedes, que sea su esclavo. Igual que el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos”.
Palabra del Señor.
LECTIO DIVINA
PARA MEDITAR
♦ Debemos aprender del apóstol Santiago a dar valiente testimonio de Cristo en medio de una sociedad secularizada y preocupada por otros valores. A él las autoridades no lo dejaban hablar del Resucitado, pero “obedeció antes a Dios que a los hombres” y siguió anunciándolo hasta la muerte.
La sociedad de la que formamos parte no está precisamente muy predispuesta a la fe cristiana y a los valores del Evangelio. Incluso puede ejercer una más o menos solapada persecución sobre los seguidores de Jesús. ¿Cómo reaccionamos ante esta pérdida de fe y ante estas dificultades? ¿Nos dejamos intimidar por el mundo o, de verdad, “obedecemos antes a Dios que a los hombres”? El ejemplo de Santiago nos invita a ser fieles a Cristo y a difundir esta fe en torno nuestro.
Hemos de estar dispuestos a dar este testimonio incluso cuando de por medio hay, como nos ha anunciado Pablo, humillaciones, sufrimientos, persecuciones y hasta la muerte. Igual que Santiago, que se dejó conquistar por Cristo y, luego, fue su testigo con todas las consecuencias.
♦ Debemos aprender otra lección de Santiago: su maduración espiritual hasta llegar al estilo de humildad servicial que le enseñó Jesús. Los discípulos del Maestro no están en la comunidad o en la sociedad “para ser servidos”, sino “para servir”, y deben ser los últimos, los servidores de los demás, si quieren, de verdad, ser primeros. Como Santiago tuvo que dejar atrás las ansias de prestigio y de poder, para pasar a una actitud de servicio y testimonio, también nosotros debemos ir madurando en nuestro seguimiento de Cristo.
PARA REFLEXIONAR
● ¿Nuestra oración es una conversación amorosa con el Padre o una lista de peticiones y demandas?
ORACIÓN FINAL
Señor Jesús, nuestra vocación de discípulos y misioneros es una vocación al servicio. Ayúdanos a rezar, a predicar, a sacrificarnos para que tú seas más amado. Amén.
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