PRIMERA LECTURA
De la Segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 8, 1-9
Les informamos, hermanos, de la gracia que Dios ha concedido a las Iglesias de Macedonia: en las pruebas y tribulaciones ha crecido su alegría, y su pobreza extrema se ha desbordado en tesoros de generosidad. Puesto que, según sus posibilidades, se lo aseguro, e incluso por encima de sus posibilidades, con toda espontaneidad nos pedían insistentemente la gracia de poder participar en la colecta en favor de los santos. Y, superando nuestras expectativas, se entregaron a sí mismos, primero al Señor y además a nosotros, conforme a la voluntad de Dios. En vista de eso, le pedimos a Tito que concluyera esta obra de caridad entre ustedes, ya que había sido él quien la había comenzado. Y lo mismo que sobresalen en todo –en fe, en la palabra, en conocimiento, en empeño y en el amor que les hemos comunicado–, sobresalgan también en esta obra de caridad. No se lo digo como un mandato, sino que deseo comprobar, mediante el interés por los demás, la sinceridad de su amor. Pues conocen la gracia de nuestro Señor Jesucristo, Él siendo rico, se hizo pobre por ustedes para enriquecerlos con su pobreza.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
Salmo 111
R. Dichoso quien teme al Señor
• Dichoso quien teme al Señor y ama de corazón sus mandatos. Su linaje será poderoso en la tierra, la descendencia del justo será bendita. R/.
• En su casa habrá riquezas y abundancia, su caridad dura por siempre. En las tinieblas brilla como una luz el que es justo, clemente y compasivo. R/.
• Reparte limosna a los pobres; su caridad dura por siempre y alzará la frente con dignidad. R/.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Mateo 6, 1-6.16-18
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “Cuiden de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendrán recompensa de su Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no mandes tocar la trompeta ante ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles para ser honrados por la gente; en verdad les digo que ya han recibido su recompensa. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. Cuando oren, no sean como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vean los hombres. En verdad les digo que ya han recibido su recompensa. Tú, en cambio, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo recompensará. Cuando ayunen, no pongan cara triste, como los hipócritas que desfiguran sus rostros para hacer ver a los hombres que ayunan. En verdad les digo que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no los hombres, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará”.
Palabra del Señor.
LECTIO DIVINA
PARA MEDITAR
● Ojalá fuera un retrato aplicable a nosotros lo que dice el salmo de hoy, que también ha recordado Pablo a los corintios: “Dichoso quien teme al Señor... reparte limosna a los pobres, su caridad es constante, sin falta...”.
No se trata solo de dar limosna a los pobres de cerca o a los de lejos. También tenemos que mostrar amabilidad con las personas que conviven con nosotros, y ayudarlas en lo económico o en lo cultural o en lo espiritual. No es limosna: es la donación de nuestro tiempo, de nuestro interés, de nosotros mismos.
Además, “por medio nuestro, se dará gracias a Dios”, o sea, seremos ocasión para que otros experimenten la cercanía de Dios y lo alaben. Estamos en un momento en que va creciendo toda clase de voluntariados en nuestra sociedad: personas que dedican parte de su tiempo a ayudar gratuitamente a los demás. Los cristianos debemos practicar, todavía con mayor motivación, esta comunicación de bienes dentro y fuera de la Iglesia.
● Es un programa muy serio de vida cristiana. Este evangelio lo leemos también al inicio de la Cuaresma, el Miércoles de Ceniza. Nos indica el estilo de nuestro seguimiento de Jesús. No se trata de no hacer limosna ni oración comunitaria ni ayuno. Sino de no buscar, en todo ello, las apariencias y la ostentación.
PARA REFLEXIONAR
● ¿Qué es lo que realmente cuenta en nuestra vida: la opinión que los demás puedan tener de nosotros o lo que piensa Dios, que ve lo escondido?
ORACIÓN FINAL
Inclina, Señor, nuestra voluntad a cumplir la tuya y vacíanos de la hipocresía y de la tonta apariencia. Transfórmanos por dentro para ser transparentes a tu luz. Amén.
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