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Pan de la Palabra


15 Abril 2023

  • DE LA OCTAVA DE PASCUA
  • Blanco
  • San Damián de Molokai

PRIMERA LECTURA

Del libro de los Hechos de los Apóstoles 4, 13-21

En aquellos días, los jefes del pueblo, los ancianos y los escribas, viendo la seguridad de Pedro y Juan, y notando que eran hombres sin letras ni instrucción, estaban sorprendidos. Reconocían que habían sido compañeros de Jesús, pero, viendo de pie junto a ellos al hombre que había sido curado, no encontraban respuesta. Les mandaron salir del Sanedrín y se pusieron a deliberar entre ellos, diciendo: “¿Qué haremos con estos hombres? Es evidente que todo Jerusalén conoce el milagro realizado por ellos, no podemos negarlo; pero, para evitar que se siga divulgando, les prohibiremos con amenazas que vuelvan a hablar a nadie de ese nombre”. Y habiéndolos llamado, les prohibieron severamente predicar y enseñar en el nombre de Jesús. Pero Pedro y Juan les replicaron diciendo: “¿Es justo ante Dios que les obedezcamos a ustedes más que a Él? Júzguenlo ustedes. Por nuestra parte no podemos menos que contar lo que hemos visto y oído”. Pero ellos, repitiendo la prohibición, los soltaron, sin encontrar la manera de castigarlos a causa del pueblo, porque todos daban gloria a Dios por lo sucedido.

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL
Salmo 117

R. Te doy gracias, Señor, porque me escuchaste.

•  Den gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia. El Señor es mi fuerza y mi energía, Él es mi salvación. Escuchen: hay cantos de victoria en las tiendas de los justos. R/.


•  “La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es excelsa”. No he de morir, viviré para contar las hazañas del Señor. Me castigó, me castigó el Señor, pero no me entregó a la muerte. R/.

Ábranme las puertas de la salvación, y entraré para dar gracias al Señor. Esta es la puerta del Señor: los vencedores entrarán por ella. Te doy gracias porque me escuchaste y fuiste mi salvación. R/.

 

EVANGELIO

Del santo Evangelio según san Marcos 16, 9-15

Jesús, resucitado al amanecer del primer día de la semana, se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado siete demonios. Ella fue a anunciárselo a sus compañeros, que estaban de duelo y llorando. Ellos, al oírle decir que estaba vivo y que lo había visto, no le creyeron. Después se apareció en figura de otro a dos de ellos que iban caminando al campo. También ellos fueron a anunciarlo a los demás, pero no les creyeron. Por último, se apareció Jesús a los Once, cuando estaban a la mesa, y les echó en cara su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que lo habían visto resucitado. Y les dijo: “Vayan al mundo entero y proclamen el Evangelio a toda la creación”.

Palabra del Señor.

 

 

LECTIO DIVINA

PARA MEDITAR

 Pudiera ser que también nosotros, en alguna etapa de nuestra vida, sintiéramos dificultades en nuestra propia fe. A todos nos puede pasar lo que, a los apóstoles, tuvieron que recorrer un camino de maduración desde la incredulidad del principio hasta la convicción que luego mostraron ante el sanedrín.

 

La evangelización, el anuncio de la Buena Noticia de Cristo, ha sido siempre difícil. Desde la primera generación hay quien no quiere escuchar el anuncio de Cristo resucitado, que comporta un estilo de vida especial y un Evangelio que abarca toda la existencia y revoluciona los criterios familiares y sociales. Los profetas que osan dar el testimonio van a parar a la cárcel o a la muerte.

 

Pero la dificultad mayor no viene de fuera, sino de dentro. Si un cristiano no siente dentro la llama de la fe y no está lleno de la Pascua, no habla, no da testimonio. Mientras que cuando uno tiene la convicción interior no puede dejar de comunicarla. El que tiene una buena noticia no se la puede quedar para sí mismo. El río que lleva agua, la tiene que conducir hacia abajo, por más diques que le pongan. Lo peor es si el río está seco y no lleva agua: entonces no hace falta que le pongan diques, y no podrá dar origen a ningún pantano. Si el cristiano no tiene convicciones ni ha experimentado la presencia del Señor, entonces no hace falta ni que lo amenacen: él mismo se callará porque no tiene ninguna noticia que comunicar.

 

“Todos los evangelios resaltan el papel de las mujeres. María Magdalena y las demás como primeras testigos de la Resurrección. Los hombres asustados estaban encerrados en el cenáculo. Pedro y Juan advertidos por María Magdalena hacen solo una rápida salida, en la que constatan que la tumba está abierta y vacía, pero fueron las mujeres las primeras que se encuentran con el Resucitado y las que llevan el anuncio de que Él está vivo.

 

Hoy, queridos hermanos y hermanas, también resuenan para nosotros las palabras de Jesús dirigidas a las mujeres. ‘No tengan miedo, vayan a anunciar’” (Papa Francisco).

 

 

PARA REFLEXIONAR

¿Cuáles son los signos que más convencen a las personas de la presencia de Jesús resucitado en medio de nosotros?

 

ORACIÓN FINAL

Señor Jesús, ayúdanos a ser verdaderos discípulos, para llevar la Buena Nueva con hechos y palabras dondequiera que vayamos. Amén.

 


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