PRIMERA LECTURA
De la Carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 5, 1-6
Hermanos: Para vivir en libertad, Cristo nos ha liberado. Por tanto, manténganse firmes, y no se sometan de nuevo al yugo de la esclavitud. Miren lo que les digo yo, Pablo: si se circuncidan, Cristo no les aprovechará de nada. Lo afirmo de nuevo: el que se circuncida tiene el deber de observar la ley entera. Los que buscan la justificación por la ley han roto con Cristo, han caído fuera del ámbito de la gracia. Para nosotros, la esperanza de la justificación que aguardamos es obra del Espíritu, por medio de la fe, pues, en Cristo Jesús, da lo mismo estar circuncidado o no estarlo; lo único que cuenta es una fe activa en la práctica del amor.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
Salmo 118
R. Señor, que me alcance tu favor.
• Señor, que me alcance tu favor, tu salvación según tu promesa. R/.
• No quites de mi boca las palabras sinceras, porque yo espero en tus mandamientos R/.
• Cumpliré sin cesar tu voluntad, por siempre jamás. R/.
• Andaré por un camino ancho, buscando tus decretos. R/.
• Serán mi delicia tus mandatos, que tanto amo. R/.
• Levantaré mis manos hacia ti recitando tus mandatos. R/.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Lucas 11, 37-41
En aquel tiempo, cuando Jesús terminó de hablar, un fariseo lo invitó a comer a su casa. Él entró y se puso a la mesa. Como el fariseo se sorprendió al ver que no se lavaba las manos antes de comer, el Señor le dijo: “Ustedes, los fariseos, limpian por fuera la copa y el plato, mientras por dentro rebosan de robos y maldades. ¡Necios! El que hizo lo de fuera, ¿no hizo también lo de dentro? Den limosna de lo de dentro, y lo tendrán limpio todo”.
Palabra del Señor.
LECTIO DIVINA
PARA MEDITAR
• Los ritos, como mediaciones visibles entre lo sagrado y el hombre, han sido y son comunes a toda religión y el hombre ve el contacto con la divinidad. El peligro es absolutizar la mediación de los ritos, que vienen así a ocupar el primer puesto en la esfera religiosa, relegando al olvido las actitudes personales del creyente.
Eso hicieron los guías del pueblo judío en tiempo de Jesús. De tal modo primaron la mediación de los ritos exteriores, como purificaciones y ayunos, ley y tradiciones, sábado y diezmos, votos y ofrendas, que anulaban las disposiciones interiores del corazón como determinante primero de la comunión del hombre con Dios.
La esencia del fariseísmo rabínico y del moralismo legalista es sustituir a Dios por la ley, reemplazando la adoración por el ritualismo. La seguridad de conciencia que de aquí se sigue no es más que un espejismo miope, porque absolutizando la ley se pierden por completo la perspectiva religiosa y la alegría evangélica.
Para el cristiano, la ley no es un ente autónomo, un tirano prepotente que exige obediencia incondicional siempre y en todo lugar. Esa ley no libera ni salva al hombre. La ley del creyente, del nuevo adorador del Padre en espíritu y en verdad, es Cristo mismo, Jesús en persona. Él es la nueva y única mediación liberadora entre Dios y el hombre. Su ley se resume en el amor a Dios y al hermano; ley que no tiene límites ni fronteras. Por eso es el amor la plenitud de la ley; y por eso es la fe que actúa por la caridad la fe que nos salva (Ga 5, 6).
para reflexionar
• ¿Llevamos un estilo de vida con actitudes transparentes? ¿Construimos comunidades donde se viva según el impulso novedoso del Espíritu Santo?
ORACIÓN FINAL
Señor, en verdad filtramos el mosquito y tragamos el camello. Conviértenos a Cristo, nuestra ley y nuestro mediador, para que no sustituyamos el amor por el ritualismo; porque amar es cumplir tu ley enteramente. Amén.
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