PRIMERA LECTURA
De la Carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 3, 1-5
¡Insensatos gálatas! ¿Quién los ha embrujado? ¡Y pensar que ante sus ojos presentamos la figura de Jesucristo en la cruz! Contéstenme a una sola pregunta: ¿Recibieron el Espíritu por observar la ley, o por haber respondido a la fe? ¿Tan estúpidos son? ¡Empezaron con el espíritu para terminar con la carne! ¡Tantas magníficas experiencias en vano! Si es que han sido en vano. Vamos a ver: Cuando Dios les concede el Espíritu y obra prodigios entre ustedes, ¿por qué lo hace? ¿Porque observan la ley, o porque responden a la fe?
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
Lucas 1
R. Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado a su pueblo.
• Nos ha suscitado una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas. R/.
• Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza. R/.
• Y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán. Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días. R/.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Lucas 11, 5-13
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “Si alguno de ustedes tiene un amigo, y viene durante la medianoche para decirle: ‘Amigo, préstame tres panes, pues uno de mis amigos ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle’. Y, desde dentro, el otro le responde: ‘No me molestes; la puerta está cerrada; mis niños y yo estamos acostados; no puedo levantarme para dártelos’. Si el otro insiste llamando, yo les digo que, si no se levanta y se los da por ser amigo suyo, al menos por la importunidad se levantará y le dará cuanto necesite. Pues así les digo a ustedes: Pidan y se les dará, busquen y hallarán, llamen y se les abrirá; porque quien pide recibe, quien busca halla, y al que llama se le abre. ¿Qué padre entre ustedes, cuando el hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pez, le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? Si ustedes, pues, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¿cuánto más su Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?”.
Palabra del Señor.
LECTIO DIVINA
PARA MEDITAR
• Respecto de la oración se dan, entre otras, estas tres actitudes: desprecio, descuido y estima práctica.
a) Desprecio: Muchos afirman no sentir necesidad alguna de rezar. Otros dicen que la oración es actividad improductiva y propia de holgazanes, porque no cambia el mundo ni a las personas. Finalmente, otros creen ver oposición entre progreso y oración, quedando esta para las etapas primitivas en la evolución de la humanidad.
La oración no está pasada de moda. Es útil y necesaria, aunque no fuera más que por lo que tiene de liberación y catarsis o purificación en el plano psicológico para toda persona, religiosa o no, pero necesitada de paz y silencio, serenidad y revisión, conversión y diálogo con un tú que responda satisfactoriamente al clamor de su llamada existencial.
b) Descuido y abandono: No tengo tiempo de rezar, dicen otros muchos, a pesar de que el tiempo libre va en aumento. Pero el trabajo y la familia, la preocupación del presente y del futuro, la vida moderna y su ritmo vertiginoso, los problemas y las frustraciones, el estudio y la investigación, los viajes y el deporte no les dejan tiempo para a la oración.
La oración no requiere mucho tiempo, lo fundamental es la orientación hacia Dios de toda nuestra vida, por falta de tiempo y de silencio interior, hablar con Dios, aunque sea en telegrama, aun en medio del trabajo, en casa o en la oficina, en el taller o la fábrica, así como en los acontecimientos de cada día, penosos y alegres.
c) Estima práctica: Tercera de las actitudes respecto de la oración, la de quienes descubren continuamente gozo, valor y espiritualidad de la oración cristiana, su necesidad y trascendencia para la vida de fe. Son los que cultivan la oración personal y comunitaria, en la intimidad y en grupo, en el trabajo y en la soledad, siguiendo el ejemplo de Cristo.
para reflexionar
• ¿Mantenemos nuestra fe centrada en lo que es esencial? ¿Vivimos una experiencia de fe profunda en la que rogamos que el Espíritu Santo transforme totalmente nuestra vida?
ORACIÓN FINAL
En la libertad de tu Espíritu, Señor, haznos desear lo que tú quieres y hacer lo que tú deseas. Sea nuestra oración básica el cumplir tu voluntad; así tu amistad será nuestra alegría para siempre. Amén.
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