Del Evangelio según san Mateo 17, 1-9
Cuando aún estaba hablando, una nube luminosa los cubrió y de ella salió una voz que decía: “Éste es mi Hijo muy amado, en quien tengo puestas mis complacencias; escúchenlo”. Al oír esto, los discípulos cayeron rostro en tierra, llenos de un gran temor, Jesús se acercó a ellos, los tocó y les dijo: “Levántense y no teman”... ”
Palabra del Señor.