Gracias Dios mío por todo lo que me das; por mi cuerpo, por mis sentidos, que me permiten amar, divertirme, y ayudar. Gracias, Señor, porque mi cuerpo me sostiene y mi cerebro me ayuda a pensar. Ocupa tú mi mente y mi corazón, y que seas tú quien guíe mi caminar. Amén.