PARA MEDITAR
El evangelio de este domingo nos señala normas prácticas para orientar a los setenta y dos discípulos en el anuncio de la Buena Nueva del Reino y en la reconstrucción de la vida comunitaria. Anunciar la Buena Nueva del Reino y reconstruir la comunidad son dos caras de la misma medalla.
La predicación de Jesús atrae a mucha gente. En torno a Él comienza a nacer una pequeña comunidad. Primero, dos; después otras dos; después, doce; y ahora, más de setenta y dos personas. La comunidad va creciendo. Una de las cosas en las que Jesús mayormente insiste es la vida comunitaria. Él mismo ha dado el ejemplo. No quiere ya trabajar solo. Lo primero que hace al comienzo de su predicación en Galilea es llamar a la gente para que esté con Él y le ayude en su misión. El ambiente de fraternidad que nace alrededor de Jesús es un ensayo del Reino, una prueba de la nueva experiencia de Dios como Padre. Y por tanto si Dios es Padre y Madre, entonces somos todos una familia,hermanos y hermanas. Así nace la comunidad, la nueva familia.