PARA MEDITAR
El evangelio de hoy es un discurso de Jesús. El discurso (Lc 6, 20-38) comienza con un provocante contraste: “¡Dichosos ustedes los pobres!”. “¡Ay de ustedes los ricos!” Estas dos afirmaciones mueven a los que escuchan a hacer una elección, una opción en favor de los pobres. En el Antiguo Testamento, diversas veces Dios visita a su pueblo para que el pueblo elige el bien o el mal. Lucas es el único evangelista que se sirve de esta imagen de la visita de Dios para poner a la multitud ante una elección de bendición o maldición “¡Dichosos ustedes, los pobres!” y “¡Ay de ustedes, los ricos!”. Pero la gente no reconoce la visita de Dios (Lc 19, 44).