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PARA MEDITAR
Nuestra atención se detiene, ante todo, sobre la primera palabra utilizada por Jesús en este discurso de despedida que leemos en este domingo de Pascua: “Ahora”. “Ahora ha sido glorificado el Hijo del hombre”. ¿De qué “hora” se trata? Es el momento de la cruz que coincide con la glorificación. Este último término en el Evangelio de Juan coincide con la manifestación o revelación. Por consiguiente, la cruz de Jesús es la “hora” de la máxima epifanía o manifestación de la verdad. Hay que excluir todo significado sobre el ser glorificado que pueda hacer pensar a algo relativo al “honor”, al “triunfalismo”, etc.
¿Cuál es el camino que debe seguir la comunidad si quiere permanecer unida a Jesús?: se trata del camino del amor, esa es la herencia que Jesús le ha dejado a la comunidad, es el mandamiento nuevo: “Ámense unos a otros. Como yo los he amado, así también ustedes deben amarse los unos a los otros”. Que no olvidemos nunca el mandamiento del amor como camino de la glorificación de Dios. No podríamos presentarnos como discípulos y misioneros sin un amor exigente, comenzando por los que tenemos más cerca: nuestra propia familia.
PARA REFLEXIONAR
ORACIÓN
Señor Jesús, ayúdanos a entender el misterio de la Iglesia, comunidad de amor. Ayúdanos a encontrarnos en cada uno de nuestros hermanos y hermanas, aprovechando las pequeñas ocasiones de cada día. Amén.
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