PARA MEDITAR
El sentido que Lucas en su pasaje hoy quiere dar a las tentaciones de Jesús es que fueron una iniciativa del demonio y no una experiencia programada por el Espíritu Santo (R.E. Brown). Es como si Lucas quisiera diferenciar bien el personaje del diablo de la persona del Espíritu Santo.
Con estas escenas Lucas intenta recordarnos que las tentaciones han sido dirigidas a Jesús por un agente externo. No son el resultado de una crisis psicológica o porque se encuentra en un conflicto personal con alguien. Las tentaciones, más bien, nos llevan a las “tentaciones” que Jesús ha experimentado en su ministerio: la hostilidad, la oposición, el rechazo. Tales “tentaciones” fueron reales y concretas en su vida. Las tentaciones terminan con esta expresión: “Después de haber acabado toda tentación”, el diablo abandona a Jesús (4, 13). Sin embargo, el punto fundamental es que Jesús, en cuanto Hijo, ha enfrentado y vencido la tentación. Todavía más: ha sido probado en su fidelidad al Padre y ha sido encontrado fiel.