Jesús, con el poder y el Espíritu de Dios, escoge y llama de entre muchos a los que ha de enviar por todo el mundo a predicar el Evangelio, la Buena Noticia. Son personas de buena voluntad, como Amós, como Pablo, elegidos del pueblo, de sencilla condición, para cumplir la misión de anunciar a “su pueblo” al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo… quien nos ha elegido para que seamos santos.