Pocas frases son tan desafiantes, como la que expresa hoy Jesús: “Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto”. Con la vida de fe sucede lo mismo: si “no muere”, no pasa nada. Pero “si muere”, vuelve a levantarse, trayendo consigo nueva vida.