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Juegos y dinámicas - Mundo Nuevo Secundaria


 

Juegos y dinámicas

 

Dinámicas

Finalidad: aprender a hablar a un auditorio determinado, con una meta precisa, en forma concreta, clara y en poco tiempo. Hacer atrayente un mensaje que se transmite.

Proceso:

  • El coordinador de la actividad explica a los participantes en qué consiste la actividad (cada miembro del grupo se imaginará que está vendiendo un objeto o idea en una feria pública. La actividad la hace frente al grupo, éste evalúa a cada uno de los integrantes).
  • El coordinador pedirá a cada participante que imagine que tiene un stand, para vender algo en una feria pública, ante miles de espectadores:
  • Dará dos o tres razones para convencer sobre la utilidad de su producto. Demostrará convencimiento; gesticulará, hablará con mucho entusiasmo; gritará, si es necesario. Terminará con una arenga, urgiendo a comprar. El grupo aplaude.
  • Evaluación grupal: el grupo valora el trabajo de cada orador y elige el mejor producto y el mejor vendedor. También evalúa lo aprendido en la dinámica, las vivencias, etc.
  • Se elige al mejor vendedor por votación y se le da un premio.
  • Se realiza un conversatorio sobre el logro del objetivo de la dinámica, su utilidad y qué se aprendió de ella.

Finalidad: lograr una imagen positiva de sí mismo y proyectarla hacia los demás.

Proceso:

  • Cada participante piensa en la descripción positiva de sí mismo.
  • Se forman, de manera voluntaria, grupos de 4 ó 5 personas y se comparte la autoimagen con mucha sinceridad.
  • Los(as) compañeros(as) pueden opinar sobre la autoimagen de cada uno/a tratando de ser lo más objetivos posible.
  • Terminada la ronda se hace una plenaria, siempre sobre lo positivo.
  • Todos(as) responden la pregunta: ¿qué hay que hacer para vender muy bien la propia imagen?
  • A continuación, el coordinador del grupo hace la introducción de las tres actitudes que hacen daño a la propia autoimagen:
  • La visión pesimista y negativa de la vida. El temor que le hace ver la vida dura y difícil, lo cual produce amargura.
  • Pensar negativamente de las personas; actuar de manera prevenida, individualista y egoísta sin tener en cuenta la dimensión social.
  • Actuar de manera irresponsable.
  • El grupo reflexiona sobre la cita Mt 25, 14-30 y se pregunta: ¿qué tenemos que hacer?
    El dueño es un Señor que regresa y pide cuentas, tiene capacidad y poder para hacerlo, porque quiere sus bienes y le interesan. Es justo, reconoce la fidelidad de los que han trabajado. “Entra en el gozo de tu Señor”. Estos son los siervos responsables, porque enseguida se ponen a negociar y logran obtener el doble de lo recibido. Del mismo modo, cada uno de nosotros debe actuar de acuerdo con el talento recibido, es decir con las cualidades que Dios nos ha dado y sacar el mejor provecho de ellas, no solo para sí mismos sino también para ayudar a quienes nos rodean.

 

Para la reflexión:

¿Qué es negociar? Trabajar en busca de buenos resultados. Y para que sea bueno y se pueda ganar, para que los negocios rindan, requieren: ingenio y creatividad. Hay que tener capacidad de convencimiento. Hay vendedores muy ágiles, persistentes, constantes y perseverantes.

El negociante corre riesgos, se expone al fracaso, a que se burlen de él, de lo contrario, nos quedamos a mitad de camino sin conocer el goce de aumentar los bienes, de mejorar el futuro. A los creyentes nos falta un poco más de esto. Con razón dice el Evangelio: “Los hijos de las tinieblas son más sagaces que los hijos de la luz”.

  • El siervo perezoso: aparenta miedo ante su Señor, pero en el fondo es perezoso y lo fácil es hacer un hueco y enterrar el talento. Siervo malo y perezoso, mucho miedo y poca vergüenza, esconde, niega, en la búsqueda de una aparente seguridad. Carece de iniciativa, devuelve intacto el talento. Fue reprochado por su Señor.

 

El que no trabaja y no se arriesga por dar sentido a su vida merece la condena. El siervo malo no fue parrandero, no le robó a nadie, lo condenaron por devolver intacto el talento. Intacta su imaginación, su inteligencia. Son las personas que no hacen, ni dejan hacer.  Ese es el que vive criticando, amargado, hablando con la gente de la gente.

 

Finalidad: promover el autoconocimiento y las buenas relaciones en el grupo.

Proceso:

  • Reflexionar en la frase: “La vida merece vivirse, pero sólo viven los que luchan; los que saben quiénes son, lo que quieren ser”.
  • Se entrega, para el trabajo personal una hoja con las siguientes preguntas:

¿Quién soy yo? Escribe cómo crees que eres tú; enumera tus valores, cualidades y habilidades, tus antivalores y defectos.

¿Qué quiero ser? Escribe qué pretendes en la vida, cuáles son tus metas, tus ilusiones, tus objetivos.

¿Cómo actúo para llegar a ser lo que quiero ser? Indica largamente cómo actúas y cómo te comportas en: tus estudios, tu trabajo, tu familia, en las fiestas y tiempo libre.

  • Una vez concluida la reflexión personal, se juntarán con los más confidentes para comunicarse su radiografía, tratando de comprenderse y ayudarse.
  • Resonancia: los miembros del grupo discuten acerca de cómo se sintieron descubriéndose y comunicándose.

Tomado de: Londoño, Alejandro. 112 Dinámicas. Indoamerican Press Service, 2007 (27 reimp).

Finalidad: el conocimiento e integración de los grupos.

Proceso:

  • Reunidos en la sala del plenario, en un momento determinado el coordinador invita a cada uno de los presentes a tomar un pedazo de las imágenes preparadas, cortadas por mitades en forma caprichosa, y buscará entre los compañeros quién tiene la otra mitad de la imagen. Una vez encontrada la otra mitad, dedican un espacio de tiempo suficiente a la presentación (si acaso no se conocen), al diálogo e intercambio de opiniones, a la conversación espontánea e informal. No se señala ningún tema de conversación, exprofeso. Esta conversación se lleva a cabo entre dos personas.
  • A una señal del coordinador, los participantes se reúnen en grupos de 4 y, en un ambiente informal, continuarán la conversación comunicándose entre las cuatro personas, presentándose e intercambiando información. Hecha la presentación en la conversación sostenida en el primer paso, dialogarán sobre estas preguntas:
  • Se responden las siguientes preguntas:
  • ¿Al conversar en el primer paso, en parejas, se interesaron más por contarse cosas o por conocerse como personas?
  • ¿Creen que la comunicación realizada logró niveles de profundidad, o se quedaron en un nivel superficial?
  • ¿Qué cosas de un nivel profundo de comunicación se dijeron?
  • ¿Qué cosas creen que son superficiales, de lo que se contaron?
  • ¿Qué es para ustedes lo que más obstaculiza una comunicación profunda?
  • ¿Qué es lo que más les facilita una comunicación profunda?
  • ¿Creen ustedes que la gente normalmente se comunica a nivel profundo? ¿Por qué?
  • El coordinador pide a los grupos reunidos montar un “monumento” sobre la comunicación para presentar en plenario.
  • Los demás grupos interpretarán el monumento presentado por los otros grupos, mientras el grupo que hace la representación dará al final su propia interpretación, es decir, qué quisieron expresar.
  • Al final de esta técnica, conviene rezar la plegaria “Oración para descubrir al otro”.
  • Otra forma de plegaria: en silencio cada uno reflexionará sobre las fallas personales cometidas contra la comunicación (falta de sinceridad-mutismo, etc.).
  • Ambientar la sala de reunión con afiches o mensajes relativos al tema.

Oración para descubrir al otro

Señor, enséñame a ver detrás de cada palabra, un hermano.

Alguien que se esconde.

Que posee la misma o mayor profundidad que yo.

Con sus sufrimientos y sus alegrías.

Alguien que tiene vergüenza, a veces, de mostrarse tal cual es.

Que no le gusta mostrarse ante los demás

por timidez o porque... quizá,

se mostró una vez y fue lo mismo que nada.

Señor, hazme descubrir detrás de cada rostro,

en el fondo de cada mirada, a un hermano,

semejante a ti y al mismo tiempo,

completamente distinto de todos los otros.

Quisiera, Señor, tratarlos a cada uno a tu manera,

como tú lo hiciste con la samaritana,

con Nicodemo,

con Pedro... como lo haces conmigo.

Quisiera empezar hoy mismo

a comprender a cada uno en su mundo,

con sus ideales,

con sus virtudes y debilidades

y también, ¿por qué no?...

¡con sus “chifladuras”!

Ilumíname también

para comprender a los que me dirigen,

a los que tienen autoridad sobre mí.

Que comprenda a aquellos a quienes estoy sujeto,

de quienes, en cierta medida, dependo.

Ayúdame, Señor, a ver a todos como tú los ves.

A valorizarlos no sólo por su inteligencia,

su fortuna o sus talentos,

sino por la capacidad de amor

y de entrega que hay en ellos.

¡Que en el “otro” te vea a ti, Señor!

SEÑOR, QUE TE VEA DETRAS DE CADA ROSTRO.

Finalidad: el conocimiento personal y grupal y el análisis de la realidad social.

  • Primer paso
  • El asesor o coordinador de la dinámica entregará a cada uno o al grupo, según disponga de material suficiente, copia de una o varias ilusiones ópticas para estudiar. Las orientaciones generales pueden ser las siguientes:
  • Observe con detención la figura: ¿qué detalle especial encuentra? Si se trata de líneas, ¿son rectas? Si se trata de cuadra­dos, ¿son auténticos cuadrados? Si se trata de círculos, ¿lo son de verdad? Si se trata de figuras, ¿qué observa de especial?
  • Compruebe con una regla las medidas o distancias.
  • ¿En qué detalle halla usted la ilusión óptica?
  • Segundo paso

Observadas las distintas ilusiones ópticas, se entregará a cada grupo una copia de las explicaciones de las diversas ilusiones para leer en cada grupo; ojalá a la explicación acompañe la imagen correspondiente.

  • Tercer paso

Este tercer paso consistirá en una aplicación a la realidad concreta de la vida individual o grupal. Será un diálogo de grupo precedido por un rato de reflexión particular sobre las preguntas que a continuación se sugieren:

  • ¿Encuentra usted alguna semejanza entre la situación personal que la observación de la ilusión óptica le ha creado y la situación que la observación de la conducta de otra(s) persona(s) le crea en determinadas circunstancias?
  • ¿A qué atribuye esta situación? Ojalá presente varias razones.
  • ¿Quiere contar al grupo alguna de esas situaciones?
  • ¿Qué mensaje deduce usted de este ejercicio?
  • ¿Cómo inculcaría usted este mensaje a otras personas?
  • ¿Juzga conveniente y necesaria para el ambiente social actual esta dinámica? ¿Por qué?

 

Sugerencias

  • Invite a los presentes a compartir con el grupo otras ilusiones que conozcan.
  • Convendrá terminar el ejercicio con unos minutos de reflexión personal: ¿este ejercicio me pide reformar alguna actitud especial de mi conducta habitual?

Será oportuno recoger algunos refranes populares que ilustren esta dinámica: v.gr. “No todo lo que brilla es oro”.

Finalidad: lograr la integración de un grupo; formar para el trabajo de grupo.

Proceso:

  • Se debe disponer de: un tablero y un número determinado de estrellas (recortadas en papel o cartulina); cada estrella lleva un número en el reverso, y al fijar la estrella en el tablero o pared hay que tener en cuenta que no se vea el número; un cuestionario sobre un tema determinado con un número de preguntas según el número de estrellas; el número de la pregunta corresponderá a una determinada estrella; el tema del cuestionario será conocido por los que van a participar; sala debidamente equipada.
  • Primer paso
  • El coordinador distribuirá a los presentes en varios grupos, teniendo en cuenta cierta igualdad en la calidad de los integrantes; así, la emulación durante el concurso quedará mejor lograda.
  • Se sortea el turno de comienzo del concurso entre los grupos.
  •  Cada grupo habrá designado a uno de los suyos para tomar del tablero una estrella; éste leerá el número que lleva en el reverso.
  • El coordinador hará la pregunta correspondiente del cuestionario al grupo.
  • Responde una persona en representación del grupo.
  • El grupo conserva la estrella hasta el final del concurso; puede concederse la posibilidad de tomar una segunda estrella al grupo que haya acertado en una primera.
  • No se admiten respuestas emitidas individualmente sin consultar con el grupo. Conviene dejar en claro, desde el comienzo del concurso, cuáles son las reglas del juego para evitar conflictos sobre la marcha del ejercicio.
  • Segundo paso
  • Terminado el concurso, el coordinador motivará sobre la utilidad de un foro en pequeños grupos sobre la experiencia del concurso, para tomar del ejercicio algunas normas importantes a tener en cuenta en un trabajo grupal. Los mismos grupos que participaron en el concurso, dialogarán sobre estas u otras preguntas:
  • ¿Qué actitudes de los compañeros fueron para el grupo un medio para alcanzar un mayor número de estrellas, o a la inversa? ¿Qué actitudes de los mismos contribuyeron a perder la posibili­dad de ganar estrellas?
  • ¿Qué fallas o aciertos notan que hubo en el grupo durante la realización del concurso?
  • ¿Qué lecciones prácticas les deja el concurso a tener en cuenta cuando se quiere hacer trabajo grupal?
  • ¿Cuáles son, a juicio del grupo, las reglas más importantes para que un trabajo de grupo sea efectivo y agradable?
  • ¿Cuáles son, según el criterio del grupo, los peores obstáculos para un auténtico trabajo de grupo? ¿Por qué?

El plenario podrá hacerse en subgrupos combinando debidamente los participantes.

  • Tercer paso

Durante el plenario del paso anterior, el coordinador destacará aquellos elementos de la reflexión grupal que merezcan acentuarse con miras a lo que pide el trabajo de equipo.

Para el tercer paso pedirá a los grupos elaborar algunas carteleras en las que señalen los elementos o requisitos necesarios para el trabajo de equipo; presentarán estas carteleras en sesión plenaria haciendo la debida exposición del contenido.

 

Sugerencias

  • Tratándose de un grupo estable, convendrá aprovechar el ejercicio como diagnóstico de este tipo de trabajo grupal, para cuestionar las actitudes o comportamientos que benefician o perjudican al mismo; y para sacar conclusiones con el propósito de mejorar.
  • Podrá cambiarse la técnica de la cartelera, sugerida para el tercer paso, por el montaje de sociodramas que retraten la situación del grupo estable en este campo de la integración.
  • Podrá, también, en caso de contar con circunstancias propicias para la técnica del “cadalso”, utilizarse ésta para que unos a otros se indiquen los puntos negativos o positivos de su participación en el trabajo comunitario.

Finalidad: analizar la realidad de nuestra sociedad individualista.

Proceso:

  • Primer paso

El coordinador distribuirá el personal presente en pequeños grupos y les encomendará montar algunos sociodramas en los que se explicite la situación de la sociedad que hoy queremos cuestionar a través de esta técnica: conflictos entre personas y entre grupos, lucha de clases, rivalidades, divisiones, etc.

En plenario se hará la representación de los varios sociodramas con el correspondiente comentario.

  • Segundo paso

Los mismos o distintos grupos se reunirán; recibirán copia del paralelo entre acción cooperativa y acción competitiva; leerán este paralelo y comentarán con base en estas pistas:

  • Los sociodramas que acaban de presentar se encuentran retratados en uno de estos dos tipos de acción: competitiva o cooperativa ¿En qué forma?
  • ¿Cuál de los dos tipos de acción creen ustedes es más frecuente? ¿Por qué?
  • ¿Qué razones encuentran ustedes a la raíz de cada uno de estos dos tipos de acción?
  • ¿Cada tipo de acción qué consecuencias previsibles puede tener?
  • Una nueva sociedad, ¿cuál de estos dos tipos de acción deberá cultivar?

Para el intercambio de información se puede sugerir hacer “subplenarios” de esta manera: pedir que se formen nuevos grupos de tal manera que en cada grupo participe un representante de los anteriores; cada representante dará cuenta de la reflexión hecha en su grupo.

  • Tercer paso

Estos nuevos grupos u otros, si se prefiere, recibirán papel, marcadores y alguna cantidad de láminas (periódicos, revistas) para elaborar una cartelera por grupo; en ella tratarán de expresar alguno de los dos tipos de acción que hemos conocido, según su creatividad. Presentarán estas carteleras en plenario haciendo una evaluación de cada una y, al final, una síntesis de la reflexión conjunta.

Sugerencias

• Conviene mucho que el coordinador subraye con énfasis la importancia del trabajo de equipo o acción cooperativa; conviene igualmente hacer aplicaciones prácticas a los ambientes naturales: familia, colegio, grupo de amigos, equipos de deporte (obras sociales, grandes empresas).

 

Juegos

Este juego puede realizarse, bien en el patio de recreo o bien en el aula. El profesor, o quien haga de jefe, elige dos de los alumnos que parezcan más despiertos, y éstos empezarán alternativamente a escoger y distribuirse el personal que ha de tomar parte en el juego de locuacidad.

Una vez escogidos los equipos, a quienes se puede asignar los nombres de dos héroes nacionales o de dos naciones antagónicas, el profesor designa a uno de los integrantes de un equipo y lo hace salir del grupo, con el fin de que los compañeros no le sugieran o soplen las palabras que ha de decir. Una vez listo el participante, el jefe del otro bando le nombra una letra cualquiera, por ejemplo la R, y el interesado empieza a nombrar, lo más rápidamente posible, las palabras que recuerde y que empiecen por dicha letra.

El cronometrista, que previamente debió nombrarse, dirá: “basta”, cuando transcurra un minuto, y otro alumno, que también debió nombrarse antes, cuenta las palabras acertadas que fueron dichas, cada una de las cuales cuenta por un punto.

Acto seguido, el profesor designa un alumno del otro bando y se continúa el mismo proceso, declarándose vencedor el equipo que mayor puntaje obtenga.

Hay que atender, para contabilizar como respuesta aceptable, no sólo a la fonética, sino también a la grafía, y así, no ha de aceptarse como palabra que empiece por I la palabra hijo, ni por E, la palabra héroe.

Este interesante juego no necesita ningún campo especial, y puede participar en él un buen número de jugadores.

Para empezarlo, se nombran dos “jefes”, que alternativamente van repartiéndose los jugadores, los que una vez seleccionados, pasan así en grupo a situarse a ambos lados de una línea recta que se traza en el lugar del juego, de tal forma que los jugadores de cada equipo tengan un rival en el lado opuesto, y a distancias iguales de dicha línea.

Ya colocados, se toman de ambas manos y, a una señal da-da por quien dirige el juego, empieza el forcejeo, cada uno tratando de hacer pisar o pasar la raya a su contrario, lo que representa un punto para su equipo. Queda eliminado quien se deja vencer más de tres veces, debiendo, por tanto, retirarse del juego. Cuando todas las parejas se han disuelto, se cuenta el número de puntos obtenido por cada equipo, resultando vencedor quien acumule el mayor número.

Para este juego, que no requiere gran extensión de terreno, los jugadores se dividen en dos grupos y cada uno elige su respectivo “capitán’’.

Los grupos se separan unos 10 metros, colocándose en hilera, frente a frente.

Uno de los “capitanes” pasa al centro y, vendándose los ojos, espera a que uno de los jugadores del campo contrario venga a tocarle la cabeza y regrese a su puesto. Una vez que quien lo tocó haya regresado, el “capitán” se quita la venda y va al campo enemigo, para tratar de descubrir al que acaba de tocarlo, lo que trata de descubrir, bien por la risa, por el rubor, etc., y cuando cree haberlo descubierto, lo señala. Si acierta, lo lleva prisionero a su campo, pero si se equivoca, el otro capitán es vendado a su vez, y se continúa el juego. Esto se repite en la misma forma, hasta que uno de los bandos queda sin ningún jugador, por haberlos perdido como prisioneros.

Colóquese cierto número de sillas, en forma circular y un poco separadas entre sí, en una unidad menor al número de participantes. Uno de los jugadores, que hace de “pescador”, se coloca al centro del círculo y ordena a los compañeros que tomen asiento. Va pasando frente a cada uno y les va dando el nombre de un pez, sin que haya ningún nombre repetido. Una vez que ha dado a todos el nombre, empieza a dar vueltas alrededor de las sillas, pero siempre por la parte interior del círculo y, sin dejar de trotar, va repitiendo esta frase: “El mar está agitado”, “el mar está agitado” y llama luego al tiburón o a cualquiera de los peces, no importa el orden. El pez nombrado se levanta y sigue trotando detrás del “pescador”. Así sigue repitiendo la misma frase, la que corean también los demás jugadores que van siendo llamados y que deben seguir tras el “pescador”. Cuando se han levantado ya todos los peces y siguen trotando tras el “pescador”, coreando la frase antes citada, éste se detiene y dice: “El mar está en calma”, y todos los peces, lo mismo que el “pescador”, corren a sentarse, cada uno en una silla. Como el número de sillas es menor que el de jugadores, necesariamente queda uno sin puesto, y él es quien pasa a reemplazar al “pescador”, para reanudar el juego.

Escribe en papeles separados, y con letra bastante grande y legible, tantos nombres de animales cuantos sean los jugadores que tomen parte en este juego (no convendría que pasaran de ocho).

Al ir entrando al salón o sitio de reunión, quien dirige el juego coloca, mediante un alfiler, el nombre de un animal en la espalda de los participantes, sin que ninguno sepa cuál animal estará representando. Quienes llevan los nombres se reunirán, e irán saliendo uno por uno, volteando la espalda para que los demás espectadores puedan ver el nombre y, quien lo lleva, procurará descubrirlo preguntando al público ciertas circunstancias a las que los espectadores sólo podrán contestar “SÍ” o “NO”, según el caso.

Por ejemplo: si supone que es un caballo, podrá preguntar si es animal cuadrúpedo. Si le responden que sí, podrá volver a preguntar si es animal doméstico o salvaje. Sólo se le permitirá hacer hasta tres preguntas. Si adivina el nombre que lleva escrito, se le desprende de la espalda y se le coloca el nombre sobre el pecho, para proceder, en la misma forma, a identificar cada uno de los otros animales.

Cada uno de los animales que va siendo identificado, deberá imitar en alguna cosa al animal que personifica, lo que da mayor novedad y atractivo al juego.

Este juego sirve para amenizar reuniones o para procurar en el mismo salón de clase un corto descanso a los alumnos. Se toma una caja o bolsa y se colocan en ella algunos objetos de poco volumen, tales como bolas de cristal, pitos, anillos, monedas, tajalápices, botones, etc.

Cada uno de los participantes en el juego saca, sin dejarlo ver de los demás, uno de dichos objetos y lo tiene bien oculto en su mano. Quien primero sacó uno de los objetos, lo describirá a los demás, y el jugador que le quede a su derecha tratará de adivinarlo. Si, por ejemplo, sacó un anillo, dirá: es metálico. Si quien debe adivinar no acierta la respuesta, se le dará otra pista, diciendo: sirve como adorno personal. Si aún no adivinara, se le dará una tercera pista, diciéndole: su nombre consta de seis letras. Si estas pistas no bastasen, se preguntará el nombre al siguiente jugador. Si éste tampoco adivinare, saca el objeto y lo muestra a todos los presentes.

El juego continúa en la misma forma, hasta que todos los que sacaron un objeto lo hayan descrito y hayan sido adivinados. Para dar más interés al juego, se dará 10 puntos a quien adivine el objeto a la primera indicación, 5 a quien lo haga a la segunda, y 1 a quien sólo lo identifique a la tercera indicación.

Si los jugadores estuvieren divididos en dos grupos antagónicos, se sumarán los puntos de los integrantes de cada grupo, y será vencedor el grupo que mayor puntaje totalice.

 

Bibliografía

Botero, Silvio. Dinámicas grupales de reflexión. San Pablo, Bogotá, 2005, 12 reimp.

De Oliveira, Paulo. Técnicas de liderazgo hoy. San Pablo, Bogotá, 2006, 4 reimp.

londoño, Alejandro. 112 Dinámicas. Indo American Press Service, 2007, 27 ed.

Villegas, Víctor. 200 Juegos y dinámicas. San Pablo, Bogotá, 2006, 16 reimp.

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