Por medio de un mensaje de video, el Santo Padre felicitó a los cuatro galardonados por sus esfuerzos por vivir y promover la Fraternidad Humana en distintas partes del mundo. La semana pasada Francisco había recibido a los premiados en el Vaticano para felicitarlos y conocer más de sus obras.
Felipe Herrera-Espaliat, enviado especial de Vatican News a Abu Dabi
Apenas caída la tarde en Abu Dabi, capital de los Emiratos Árabes Unidos, se inició la ceremonia de entrega del Premio Zayed 2024. Por quinto año este galardón reconoce a personas de diversos credos y latitudes que, a través de sus obras, promueven los valores plasmados en el histórico Documento sobre la Fraternidad Humana, firmado en 2019 por el Papa Francisco y el Gran Imán de Al-Azhar, Ahmed Al-Tayeb. Ambas autoridades religiosas, uno líder católico y el otro, de la corriente islámica sunita, se hicieron presentes a través de un hermoso video para felicitar a los ganadores de este año y, a partir de sus testimonios, seguir animando la propagación de la fraternidad humana a escala global.
Llenos de emoción y gratitud, subieron al escenario a recibir sus trofeos del Premio Zayed, la chilena Nelly León, religiosa del Buen Pastor y líder de la Fundación Mujer Levántate, que acompaña la reinserción social de mujeres privadas de libertad; el cirujano cardiaco egipcio, Sir Magdi Yacoub, que ha dedicado su vida a atender y sanar niños de escasos recursos; y los representantes de las dos más grandes organizaciones de beneficencia de Indonesia, Nahdlatul Ulama y Muhammadiyah.
Un ejemplo que es estímulo para otros
Aprovechando de conmemorar el día de la Fraternidad Humana, celebrado este 4 de febrero, y ante un público de diversas procedencias religiosas, el Papa Francisco recordó que “desde el respeto a nuestras diferentes culturas y tradiciones, la fraternidad debe construirse como una barrera contra el odio, la violencia y la injusticia”.
Sus palabras nacieron también del encuentro que Francisco sostuvo hace pocos días con los premiados, quienes lo visitaron personalmente en el Vaticano y pudieron contarle de modo más íntimo acerca de aquellas obras en que se han gastado la vida. En dicha ocasión el Sucesor de Pedro agradeció el servicio que realizan y les confió un deseo personal: "Sigan sembrando esperanza".
Un encuentro privado sostuvo el Papa Francisco la semana pasada con los ganadores del Premio Zayed 2024, que viajaron hasta el Vaticano para contarle al Santo Padre de sus iniciativas que ponen en evidencia la Fraternidad Humana.
Quienes recibieron el galardón también se reunieron reservadamente en el Emirates Palace de Abu Dabi con el Gran Imán de Al-Azhar. En una dinámica similar a la que tuvieron con el Papa Francisco, cada uno pudo explicarle los pormenores del servicio que realizan para la promoción humana, que terminan siendo una contribución local para la paz mundial y la convivencia común.
“Un premio bien merecido”
El Gran Imán de Al-Azhar tuvo palabras encomiables para todos los premiados, asegurando que han recibido un premio bien merecido.
Al saludar a la hermana Nelly León expresó sus "felicidades a la humanidad por contar con personas como usted. Le deseo a usted y a su organización más éxitos en el futuro". Por su obra como cardiólogo de niños de escasísimos recursos, el Gran Imán le dijo al doctor Magdi Yacoub que el reconocimiento que recibe es "un testimonio de tus logros locales, regionales y mundiales, y siempre seguirás siendo un motivo de orgullo para todos los egipcios y todos los árabes".
Cuando fue el turno de reconocer a las asociaciones de beneficencia de Indonesia, el líder sunita los felicitó por sus esfuerzos y les aseguró que reza para que "Dios bendiga sus esfuerzos y los guíe en su trabajo por el bien de su país y de la humanidad".
La voz de los premiados
Visiblemente conmovida y agradeciendo que la mirada del jurado del premio hubiese viajado más de 14 mil kilómetros para fijarse en su obra en una cárcel en Santiago de Chile, la hermana Nelly León manifestó que ella optó por hacerse hermana de las mujeres privadas de libertad para que “la sociedad las vea y también las trate fraternalmente”.
Además, se refirió a su relación con las mujeres en la cárcel, con las cuales muchas veces comparte un amor materno que ellas nunca conocieron. “Soy testigo de cuánto desean ser amadas, respetadas y dignificadas, nada diferente de lo que yo y todos nosotros deseamos en esta vida. Cuando ellas descubren que son dignas de ser amadas, toman conciencia de que también pueden ofrecer a sus hijos ese amor que les había sido arrebatado desde pequeñas. La sanación humana nos permite avanzar hacia un trabajo más sistemático”, aseveró la presidenta de la Fundación Mujer Levántate.
El indonesio Yahya Cholil Staquf, representante de la organización Nahdlatul Ulama, aprovechó la ocasión del premio para “invitar a las personas de buena voluntad de todas las creencias y naciones a que se unan a nosotros en la construcción de un movimiento global que fomente el surgimiento de un orden mundial verdaderamente justo y armonioso, basado en el respeto de la igualdad de derechos y la dignidad de todos los seres humanos”.
Tomado de (VATICANNEWS)
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